Fede de los Ríos
JO PUNTUA

La conga católica y acharolada

Asotanados curas con dicharacheras guardiacivilas atricorniadas y desenfadados militares con monjas togadas a punto del éxtasis mariano moviendo el esqueleto, en libidinoso abrazo, arrebatados por el ritmo del pasodoble “Que viva España” para acabar, en paroxismo final, agarrados por las caderas y las ruedas, marcándose una conga como colofón.

La santa desvergüenza que tanto gustaba a San Josemaría. Y todo bajo la mirada de Nuestra Señora de Lourdes, la que mostraba tanta filia por Bernardette (18 veces apareciose a la pastorcilla. La criatura al final agobiadica ya no sabía qué hacer).

El castizo guateque, paradigma de la marca España lo pagamos solidariamente entre todos, querido lector. Igual que la enseñanza religiosa concertada. Eso sí, como asegura el último informe de los obispos, «la formación católica en los colegios mejora la salud y reduce las criminalidad y las diferencias sociales». Se ve que los niños formados en el catolicismo se tocan menos y al no secárseles la médula espinal, no quedan ciegos. De otra parte, sabido es que la oración es tan efectiva como la propia homeopatía. Ahí están los visitantes de Lourdes para dar fe de ello: llegaron arrastras y salieron bailando.

En lo referente a la criminalidad, esta, al parecer, se nutre de ateos. Las escuelas católicas reducen las diferencias sociales al prestar especial atención a la diversidad: «La educación debe ser igual pero separada. Los hijos de familias pudientes, llamados a tomar las riendas de empresas, ejercer las profesiones libres y ocupar los cargos más altos de la administración pública, deben ser educados para alcanzar estos fines. Los niños que, por su origen socioeconómico, tienen desventajas, deben ser educados en el respeto hacia la autoridad, en la diligencia, en la modestia y, sobre todo en el mensaje cristiano del amor» (Jorge Liberato Usoa, Arzobispo de Caracas y demócrata antichavista).

Pobre Darwin.