El representante del secretario general de la ONU, Jean Arnault, presente el martes en la segunda fase del desarme de las FARC, subrayó que el de Colombia es «uno de los más exitosos entre los procesos verificados internacionalmente». En marzo, la misión de la ONU registró más de 7.000 armas en las zonas veredales, al menos una por combatiente. A principios de mes, recibió el 30% del armamento de la guerrilla y el martes, en un acto con una fuerte carga simbólica, se dio inicio a la segunda etapa del proceso de dejación de armas que consistió en la entrega de otro 30%. Si se cumplen los tiempos acordados, el próximo martes, día 20, los guerrilleros depositarán en los contenedores de la ONU el 40% restante del armamento individual.

«Ha habido muchos acontecimientos, tantas peripecias en estos últimos meses, que cuesta creer que todavía no ha transcurrido un año desde la firma del Acuerdo de Cese al Fuego y de Dejación de Armas de La Habana el 23 de junio del año pasado. Sin embargo, si algo ha caracterizado al proceso de paz, es la determinación del Gobierno y de las FARC de persistir y de superar los desafíos», remarcó Arnault. En relación a la necesidad o no de imágenes del desarme, el general Javier Pérez Aquino, jefe de la Misión de la ONU en Colombia, sostuvo que «no es necesaria esa imagen que estaban buscando, porque en muchos otros procesos no hay ninguna. Ni siquiera la que vieron ayer –por el martes–. Fue muy prudente mostrar la seriedad con la que se está trabajando».

En nombre de las FARC, Pablo Catatumbo afirmó que «la dejación de armas es un hecho; estamos demostrando que las FARC cumplen su palabra».

El expresidente uruguayo y exguerrillero José Mujica, garante de la implementación de los acuerdos, sostuvo que «no es sólo la paz de Colombia lo que está en juego, es el desafío de hacia dónde va la Humanidad».

«Colombia es un laboratorio de la historia, no lo hagamos fracasar. Lo que está en juego es la convivencia de una sociedad que puede ser un espejo para toda América Latina», manifestó.