Raimundo Fitero
DE REOJO

La peluca

Los matices, los reglamentos, la interpretación de la leyes, por no hablar de la ola de calor. Todo influye. Pero las imágenes de una saltadora de longitud llamada Okagbare que en uno de sus saltos en una competición perdió la peluca, puede provocar una tormenta seca de pensamientos ignífugos. Aparentemente la atleta ni se inmutó por esa pérdida. Pero los jueces midieron no el lugar donde ella colocó los pies sino donde cayó la peluca que era bastante más atrás. ¿En el reglamento de esa competición se señala algo sobre las pelucas? No creo que fueran tan previsores los redactores de la casuística en estos deportes. Siempre hay algo de arbitrariedad.

Llegan por diversos conductos quejas sobre la posible manipulación en “Masterchef”. Parece ser que en esta edición se están cometiendo arbitrariedades con algunos contendientes que han sido expulsados por el jurado al que se le ve demasiado que están siguiendo a los guionistas para darle otros contenidos o subtramas. Y una pulsión sexual siempre es mejor que un cocinero mongol que no entendió, literalmente, una receta por culpa del idioma y fue castigado de manera injusta según un número elevado de televidentes manifiestan por las redes. ¿Alguien duda de que es un espectáculo audiovisual muy, pero que muy estructurado con personajes de guion obligatorios? Las cuentas mandan. Y las franquicias. En todos los lugares donde se emite, suceden las mismas cosas.  Una lectura me estremece: en África hay más teléfonos celulares que grifos de agua potable. No sé qué significa esta frase. No sé cómo lo han podido contar. Pero lo del agua y su necesidad vital, la sequía, el cambio climático parece en estos días abrasadores un tema urgente de resolver. Lo del fuego y su poder destructor es pavoroso. En Portugal se salvaron quienes se metieron en la alberca.