Mirari Isasi
Periodista
IKUSMIRA

Orejotas le llamóel burro al caballo

Venezuela es el objetivo. Junto a Corea del Norte e Irán, sin olvidar la Siria de Bashar al-Assad, integra el grupo de malos malísimos, el eje del mal. Antes lo fue Cuba y ahora le toca a Venezuela, un país totalmente polarizado e inmerso en una grave crisis política, económica y social. Hay quienes aseguran que EEUU –«el imperio»– es quien marca la estrategia en su contra, pero en estos momentos en la OEA es México el que actúa como azote del Gobierno de Nicolás Maduro.

México, sí, el país de América más peligroso para ejercer el periodismo –con 126 reporteros ejecutados desde el año 2000 y una veintena desaparecidos– y el segundo del mundo, tras Siria, con más muertes violentas –23.000 en 2016–, donde matar es tan fácil y sale tan barato que la «guerra contra el narcotráfico» ha causado en once años en torno a 200.000 muertos y 30.000 desaparecidos. Donde la impunidad ha plantado bien sus raíces.

Un Estado fallido que reprime a los familiares de los 43 estudiantes normalistas desaparecidos en 2014 en Ayotzinapa, pero da voz en la cumbre de Cancún a opositores venezolanos. De la mano de su ministro de Exteriores, Luis Videgaray –aquel que invitó al candidato Donald Trump a visitar México–, que está empeñado en detener el proceso de elección de la Asamblea Constituyente erigiéndose en adalid de los derechos humanos al denunciar la situación de «extrema gravedad y absolutamente inaceptable» en un país en el que, dice, «no hay democracia». Orejotas le llamó el burro al caballo.