Koldo LANDALUZE
CRÍTICA «El hombre del corazón de hierro»

Radiografía de un monstruo

A los pocos meses de haber sido estrenada “Operación Anthropoid” de Sean Ellis y el filme que hoy nos ocupa, ambas propuestas europeas han centrado su interés en la figura del general Reinhard Heidrych, el líder nazi que se ganó a pulso el sobrenombre de “El carnicero de Praga” y la misión que se ejecutó para eliminarlo. Un breve vistazo al pasado también nos descubre que hace seis años, otra propuesta de origen checa titulada “Lidice” volvía a incidir en este tema que también inspiró un filme probablemente más recordado, “Siete hombres al amanecer” de Lewis Gilbert. Si bien cada una de estas realizaciones han apostado por elegir perspectivas diferentes, en ocasiones muy coincidentes, todas ellas derivan hacia un territorio común que no es otro que la acción armada ejecutada por un equipo de comandos checos que, entrenados en suelo británico, llevaron a cabo un muy arriesgado plan en Praga. En “El hombre del corazón de hierro” topamos con dos fases diferenciadas.

En la primera seguimos de cerca el periplo del temible Heidrych, un monstruo que figuró entre los diseñadores del Holocausto. En esta primera parte nos acercamos a su adiestramiento militar, su faceta como espía de las SS, los motivos que inspiraron su apodo en el llamado Protectorado de Moravia y Bohemia y su sistemático arrinconamiento dentro del organigrama nazi.

Además, topamos en esta radiografía del horror con un elemento muy determinante y que ha sido obviado en muchas ocasiones, el papel determinante que jugó su esposa, la no menos sobrecogedora Lina Von Osten, en la creación se semejante personaje. La segunda parte se asienta en la misión de los comandos y en ella el cineasta Cedric Jiménez sigue al dictado los cánones del cine bélico, muy diferente a una primera parte en la que se revela un toque mucho más “autoril” y ralentizado.