DE REOJO

Turistas

Los turistas crecen. Los turistas van a los lugares donde hay turistas. Su afición no es ver monumentos, ni comer platos típicos, sino ver turistas. Ver a turistas y ser vistos por turistas. Es el mundo perfecto de la deslocalización: recorrer cientos o miles de kilómetros para volver y explicar que allí había muchos turistas. Que lo que había visto en el catálogo no se correspondía y que esa parte del mundo es bastante más bonita vista desde la televisión a través de los cientos de reportajes de toda índole que nos acercan los lugares paradisíacos más inverosímiles o donde hay más turistas.

Ahora mismo, que me cuentan que un futbolista famoso entra en un juzgado, que un portavoz de la generalitat asegura que tiene las urnas guardadas en territorio extranjero, es decir, en un consulado, y lo que es peor, que ha muerto Jeanne Moreau, entro en fase eructo tras ingesta compulsiva de sangría light y me acojo a una declaración de duda efervescente: ¿el turista nace o se hace? Los turistas viajan para hacerse fotos a raudales, para convertir su vivencia en un reportaje enviado por whatsapp al instante. Entre turistas solamente se pueden manifestar a base de selfies mutuos. Otra duda, ¿se es más o menos turista por utilizar para los desplazamientos el transporte público o el automóvil privado? No te olvides las cremas ni las vacunas.

Y entre medio de estas disquisiciones turísticas, me junto con media docena de venezolanos y la prudencia, el silencio, la duda recalcitrante, la sorpresa se hace presente, argumento, desvío de atención, estado de ánimo, tristeza e incomprensión. Pero de la jornada electoral recibimos un parte de bajas, muertes por violencia política. Y la prensa del régimen español calla o intoxica. No se habla de la violencia de la extrema oposición, tan sospechosa de tener muy pocos escrúpulos democráticos.