Raimundo Fitero
DE REOJO

Contable

Aseguran los que anuncian el porvenir que las matemáticas son el futuro. Es una manera de explicarnos que la ciencia, en el estado gaseoso que son las matemáticas, son el sustento de nuestra vida actual. Que cada vez que mandamos un mensaje, sacamos dinero de un cajero, compramos un billete o entrada desde una de nuestras pantallas, se ponen en funcionamiento toda una suerte de mecanismos telúricos que se basan justamente en las matemáticas. O sea, que hay que recomendar que se estudie chino y matemáticas. Después, con ello, el mercado y las leyes laborales harán que seas un privilegiado o un trabajador en el umbral de la pobreza.

No sé si tiene mucho que ver la aritmética con las matemáticas, pero en los asuntos contables uno siente variaciones de conceptos que provocan ciertos desniveles en el entendimiento del valor real de los factores. Por ejemplo, parece claro que se cuentan bastante bien los muertos de Barcelona y Cambrils provocados por los atropellos, que ayer se sumó una mujer alemana más, pero ¿dónde se contabilizan a los muertos por la explosión o por las acciones de los Mossos? No hay respuesta por ahora.

El otro día en un programa de entretenimiento, hablando de las cifras abultadas y obscenas de los traspasos de futbolistas, de los sueldos que cobran, hicieron cuentas y llegaron a la conclusión de que Cristiano Ronaldo gana unos doscientos cincuenta mil euros al día. Insisto, al día. Algo así como dos euros al segundo. Pero es que Messi gana trescientos y pico mil euros al día, algo más de tres euros al segundo. Dos ejemplos. Dos individuos con problemas con Hacienda. Dos iconos de estos tiempos que son más conocidos que todos los grandes matemáticos del globo. Mucho más que todos los inventores o investigadores que descubren medicinas o vacunas para salvar vidas.