gara, donostia
EDITORIALA

Un nuevo escenario se consolida en Colombia

El Gobierno de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) informaron ayer de que han alcanzado un acuerdo para un alto el fuego bilateral con el fin de facilitar el avance de las negociaciones y el proceso de paz. Las partes han estipulado un plazo de cuatro meses a partir del próximo 1 de octubre que se irá renovando en la medida en que se cumpla y se avance en las negociaciones del resto de cuestiones. Entre los compromisos adquiridos están el cese de las detenciones involuntarias, sabotajes y reclutamiento, por parte del ELN; y la mejora del sistema de alertas tempranas, de la situación de los militantes encarcelados y la despenalización de la protesta social, por parte del Gobierno.

Tras más de 25 años de contactos y conversaciones entre el Gobierno y el ELN, el acuerdo de alto el fuego ha llegado en la tercera ronda de las conversaciones públicas que comenzaron en Quito en febrero de este año y, como recordó ayer el presidente, Juan Manuel Santos, exactamente cinco años después del acuerdo marco con las FARC que, finalizada la desmovilización, este pasado fin de semana han culminado el proceso de transformación en partido político. Este hecho por sí mismo da cuenta del profundo cambio que se está gestando en Colombia. Por otro lado, en el ámbito internacional, además de los países garantes de las conversaciones de Quito, el respaldo al pacto alcanzado llegará con la visita que el papa Francisco hará a Colombia dentro de dos días.

El acuerdo contribuye a consolidar un nuevo escenario que permita profundizar en el camino hacia la paz. Un nuevo contexto político se va abriendo paso poco a poco en Colombia, aunque la paz se consolidará en la medida en que ambas partes cumplan los compromisos adquiridos pero, sobre todo, en la medida en que se avance en la promoción de los derechos humanos, en la profundización de la democracia, la justicia, la seguridad y el bienestar del pueblo colombiano.