Raimundo Fitero
DE REOJO

Filibusterismo

Tente en pie mientras cobro. Ayer desperté con dolor de cabeza, ahora que han pasado unas cuantas horas el dolor es insoportable. Es mi excusa para poderme declarar equidistante. Lo que ha sucedido en el Parlament de Catalunya es para nota. Hay emisoras de radio, canales de televisión que han encontrado en el espectáculo parlamentario un lugar para el filibusterismo político y periodístico. Como mis oídos están a reventar, aseguro que nadie escucha a nadie. Que todos gritan, todos se colocan en una trinchera sin ponerse ni a oír al otro ni ha intentar entenderlo.

Yo que quiero ser equidistante no puedo. Escuchar a Soraya Sáenz de Santamaría decir que es el día de su vida política que ha sufrido más «vergüenza democrática». Hay que ser cínica. Ella que tiene un papá de infausta memoria antidemocrática, que preside el gobierno con más corruptos por metro cuadrado de mesa de ministros, ella que nos ha hecho sentir no solamente vergüenza, sino miedo porque todo lo que van haciendo es para robarnos derechos y libertades democráticos. Por lo tanto, no soy equidistante. Hay que pelear para que se pueda votar. Después, lo que suceda es un asunto de la votación popular.

Están intentando convencer a la ciudadanía de que se está dando un golpe de Estado, que lo que está pasando en Barcelona es peor que el 23-F y no lo es. Uno puedo tener sus suspicacias, lo he dicho tantas veces, que no me importa insistir: veo a los que están al frente de este procés y me cuesta creerme algo. Yo creo que estamos ante una campaña electoral. Pero que desde el gobierno se reclame al Tribunal Constitucional que intervenga y mande detener a los políticos que hayan firmado alguna convocatoria, eso, es golpismo institucional. Cambiaron la ley del TC para esto, para usarlo ahora. Demasiados filibusteros y filibusterismo.