Prefiere un tren público que llegue al mayor número de municipios y preste un servicio a un precio asequible o un tren de alta velocidad que deje sin servicio a los vecinos y vecinas de Tafalla, Marcilla y Erriberri, entre otras localidades? Esta es la pregunta que debería realizar el Gobierno de Uxue Barkos a la ciudadanía navarra, que gracias al trabajo de la Fundación Sustrai cuenta con una alternativa «sostenible, popular y democrática» al denominado Tren de Altas Prestaciones, defendido por el Régimen y por Geroa Bai.

Se trata del Tren Público Social (TPS), presentado ayer en Iruñea. Un ambicioso proyecto a realizar en los próximos diez años que aspira a aprovechar «al máximo» las vías y los recursos existentes, propiciando la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente. El TPS mejoraría el servicio de cercanías, recuperando paradas en desuso y abriendo nuevos apeaderos; y respondería a las necesidades de largo recorrido, incorporando una segunda vía sobre el trazado de plataforma e implantando la tecnología del tercer carril, que también serviría para transportar mercancías.

La idea de Sustrai guarda ciertos paralelismos con el proyecto ArabaTran, presentado por EH Bildu en 2013. Este tren social que circularía por el corredor ferroviario de Araba Central y funcionaría como tranvía en Gasteiz, algo viable en opinión de la coalición soberanista. Lástima que ArabaTran haya chocado con el inmovilismo del Gobierno español, que tiene la competencia sobre las vías y no la quiere ceder. Un problema al que se podría enfrentar el TPS de Nafarroa.