Alvaro Reizabal
Abogado
JO PUNTUA

Un 155 camuflado

En el lenguaje taleguero se lleva mucho eso de decir que la cárcel en la que uno está es un primer grado «camuflao», queriendo decir así que, pese a que se diga que los presos están clasificados en segundo grado, en realidad el régimen disciplinario que se aplica en el centro en cuestión es el primero, el más severo entre los posibles, y se considera una usurpación.

Pues bien, puede decirse que la situación actual en Catalunya es, a todas luces, un artículo 155 de la Constitución española camuflado, porque en la práctica, y sin utilizar, por el momento, el procedimiento legal establecido para su aplicación, se han dado pasos que suponen, de facto, la intervención de la autonomía catalana.

La razón de esta forma de actuar es que al Gobierno del PP le ha dado por repetir una y otra vez la cantinela de que actuará con la cabeza fría y con proporcionalidad, por lo que está vaciando la autonomía sin tener que pagar el coste que le supondría su suspensión, especialmente en el ámbito internacional y de los negocios.

Envían a miles de policías y guardias civiles a los que despiden con rojigualdas, como a los soldados que iban a la guerra de Africa; ponen a los Mossos bajo las ordenes de un guardia civil, hermano, casualmente, de un expresidente del Tribunal Constitucional; detienen a altos cargos de la Generalitat; intervienen las cuentas; citan e inician actuaciones penales contra mas de setecientos alcaldes… y hasta el histórico botijo de los grises acaba viajando para allá. Todo esto como si no pasara nada, porque lo dice el fiscal y para restablecer la democracia. Y en Kurdistán votando.

Dicen que el siguiente paso es que el delegado del Gobierno, el Virrey Millo sustituya a Puigdemont. Incluso se asegura que de regreso de su dialogo para besugos con Donald Trump, y a una pregunta de un periodista en el avión sobre si Carles Puigdemont manda en Catalunya, Mariano Rajoy ha contestado siseando: No. Solo Millo.