Jon ORMAZABAL
Champions League

Se queda en un gran equipo

El Barça fue muy superior en el campo pero decepcionó a muchos seguidores en el plano institucional.

BARCELONA 3

OLYMPIACOS 1


A pocas horas de que se cumpliera otro plazo de la partida de ajedrez que Rajoy y Puigdemont están jugando en el tablero político, el fútbol de primer nivel regresó ayer al Camp Nou en una noche en la que el Barcelona se olvidó de aquello de que es «mes que un club» para la sociedad catalana y se conformó con obtener tres puntos que le permiten tener muy encarrilado su pase a la siguiente ronda.

La climatología, con intensos chaparrones, tampoco ayudó pero el Camp Nou mostró muchas sillas vacías, entre ellas las que los máximos dirigentes de la ANC y Òmnium suelen ocupar en el palco. Ante la encarcelación de los Jordis, el club mostró una gran pancarta antes del partido, en la que reclamó «diálogo, respeto y deporte», tras haber pactado esta acción con la UEFA, aunque no contó con el apoyo de las dos organizaciones, invitadas al palco.

Y es que, para las dos organizaciones ciudadanas, el contenido de la pancarta no fue suficiente y por ello los dos invitados al palco, Agustí Alcoberro, vicepresidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), y Jordi Bosch, secretario de Òmnium, declinaron la invitación y plantaron al club.

Es más, el Barcelona impidió la entrada de pancartas de estas organizaciones, una de ellas con el lema «Freedom» –libertad– con la imagen de los dos presos políticos, lo que hizo que desde la grada se pidiera la dimisión del presidente blaugrana.

Todos estos detalles centraron la atención en un partido muy cómodo para los de Valverde ante uno de los ex equipos del gasteiztarra, que dejó una muy pobre imagen. Tal es así que la expulsión al borde del descanso de Piqué por doble amarilla quedó en una mera anécdota. Con dos detalles, Messi –hizo su gol 100 en Europa– se encargó de que el partido fuera un trámite.

El conflicto salarial se estanca en Dinamarca

La Federación Danesa de Fútbol (DBU) anunció ayer que no jugará este sábado el partido de clasificación para el Mundial femenino contra Suecia al no poder solucionar el conflicto salarial con el sindicato de futbolistas. En Noruega se llegó a un acuerdo considerado histórico al igualarse los sueldos de las selecciones masculinas y femeninas a partir del próximo año, gracias al aumento acordado para ellas y al aceptar ellos voluntariamente bajarse las retribuciones que perciben de la federación por derechos comerciales. La falta de acuerdo hizo que la DBU suspendiera ya el mes pasado un amistoso contra Holanda, la revancha de la final del pasado Europeo, pero las partes firmaron un convenio provisional que permitió disputar días después el encuentro de clasificación ante Hungría, con triunfo danés (6-1).