Es posible que jamás pueda lucir un anillo, pero sin duda, Giannis Antetokounmpo es uno de los mayores espectáculos baloncestísticos del mundo. El jugador heleno de los Milwaukee Bucks le aguó la fiesta a los Boston Celtics en una jornada en la que Gordon Hayward estuvo presente no solo en los pensamientos del público, sino en el vídeo de presentación.

Pero ni con el ánimo suplementario del ex de los Jazz, que tendrá que tomárselo con calma tras romperse la tibia, pudieron los «orgullosos verdes» con los Bucks de Antetokounmpo. El otrora canterano del CAI Zaragoza se fue a los 37 puntos y 13 rebotes, sumando 16 tantos en el último período, liderando un parcial de 20-32 que elevó al marcador el 100-108 final.

Por cierto, fue un partido de reencuentros: entre Kyrie Irving y Matthew Dellavedova, compañeros en los Cleveland Cavaliers hace poco tiempo. No fue el mejor día de Irving, autor de 17 puntos pero con un triste 7 de 25 en su carta de tiro. Con 15 puntos en su haber, el australiano de los Bucks tuvo un impacto incluso mayor que su excompañero: ya que con 97-99 en el marcador, ya dentro del último minuto, aprovechó una asistencia de Antetokonmpo para sentenciar el partido con un triple.

Entre los dos exbaskonistas presentes en la cancha, poca relevancia. Mirza Teletovic no anotó en los seis minutos que dispuso, mientras que Shane Larkin no pudo saltar al parqué.

El abrazo de San Antonio

En los prolegómenos del duelo entre San Antonio y Minnesota, ambos conjuntos escucharon el himno estadounidense de pie. Pero después del himno, entrelazaron sus brazos en sus respectivas esquinas de la cancha en nombre de la igualdad entre razas.

Antes de que sonara el himno, en el marcador del estadio texano apareció un rótulo en el que rezaba así: «es nuestro deseo que, como miembros de la comunidad, podamos inspirar y provocar un cambio real. Les pedimos que se unan con nosotros en sus vidas diarias a perseguir esa igualdad».

Por otro lado, Dirk Nowitzki, a sus 39 años, cumple ya ¡20 temporadas! unido siempre a la franquicia de los Dallas Mavericks, franquicia con la que consiguió el anillo de campeón en 2011. Este ejemplo de One Club Man solo tiene el precedente de Kobe Bryant –en su caso, unido a los Lakers– en toda la historia de esta competición.