El alcalde de Iruñea, Joseba Asiron, confirmó ayer la entrada de Geroa Bai en el Gobierno municipal y la remodelación de áreas y responsabilidades de cara a afrontar la segunda parte de la legislatura. Estos cambios están diseñados para ganar en eficiencia y cumplir su programa. Adelantándose a las previsibles críticas de la oposición, Asiron recordó que la remodelación no engordará el volumen de altos cargos y añadió que el gasto en este concepto se ha reducido en un 13% con respecto a la estructura mantenida por UPN.

En la decisión de Geroa Bai de no entrar en el Gobierno municipal hubo diferentes factores y cálculos. Geroa Bai obtuvo entonces los mismos concejales que EH Bildu en la capital, pero un millar de votos menos. En medio se cruzó la negociación general del cuatripartito. En cierta medida, el equilibrio elegido por los votantes facilitaba el acuerdo general. Una apuesta así requiere de liderazgos compartidos y la combinación Asiron-Barkos es ganadora. El mandato era claro, los principios básicos también y el voto táctico de la ciudadanía dejó poco margen a las excusas. El cambio es alternativa, no alternancia de una legislatura.

Pasados los dos primeros años, la voluntad de Geroa Bai de integrarse en el equipo de gobierno y asumir responsabilidades en la gestión supone un indicador más del trabajo bien hecho. Frente a los discursos apocalípticos de UPN, PSN y PP, las capacidades y el estilo de Asiron, junto al trabajo perseverante de su equipo, han mostrado no solo que el cambio era posible, sino que tiene mucho futuro si las fuerzas democráticas y progresistas actúan con responsabilidad. El mandato popular implicaba compromisos que tienen que ayudar a generar confianza y credibilidad. Las políticas públicas de Iruñea son innovadoras, populares y ambiciosas, y están danto frutos. Han demostrado que se pueden hacer las cosas de otra manera y están ensanchado los márgenes de la política institucional para mejorar la vida de las personas y las comunidades.