Estamos en el intermedio de este documental político que estamos viviendo al segundo en streaming en primera instancia y con la intervención de la censura y la manipulación en algunos canales televisivos que siguen manteniendo la antorcha del barbarismo carpetovetónico judicial y político. No sé si del primero al segundo acto o del segundo al tercer acto. Pero lo que está claro es que ahora empieza otro acto, va a suceder todo en otro escenario, con otros decorados y otras actitudes de los funcionarios de justicia y de momento hay declaraciones de ministros y expresidentes belgas señalando como franquismo lo que está haciendo la banda de Rajoy.

La intervención del portavoz de la Fiscalía de Bruselas ha sido ejemplar. En tres idiomas, contestando con claridad y sin subterfugios y enseñando al mundo entero los pasos a dar en el proceso. Y en esas estamos esperando a que un juez instructor decida si los encarcela, los deja en libertad con medidas cautelares o les deja en libertad, sin más. Una espera que será larga y que de verdad, internacionaliza el asunto de manera obvia. Y en Bruselas había muchos periodistas internacionales. Y ya no está tan claro el futuro para los futurólogos políticos y judiciales que tanto nos engañan.

En la espera, me trago una sección entera de corte publicitario y llego a la conclusión de que el futuro ya está aquí. Decenas de anuncios para que nos descarguemos apps que nos ayuden a buscar seguro para el coche, a comprar ropa de moda, buscar piso, encontrar el precio más barato en los hoteles. Nuevas, añadidas a las de siempre con alimentación preparada multinacional de todas las grasas mórbidas,  por lo que creo que si uno tiene un día tonto, con esta llegada urgente del invierno, quedarse delante de la tele, con el mando y el teléfono, es un peligro económico y de salud.