Raimundo Fitero
DE REOJO

Paraísos

Todo provoca y evoca, pero la palabra paraíso nos recoloca en el cosmo. El grupo de música pop Mecano se fabricaba paraísos en su propio piso. Pues uno de ellos, José María Cano, reconvertido en pintor moderno tras fracasar estrepitosamente como compositor de ópera, aparece en ese nuevo culebrón que nos están colocando como ejercicio espiritual periodístico, “Los papeles del paraíso”, es decir una lista de políticos, empresarios, artistas que con sociedades off shore y trusts ponen su dinero ganado lícitamente o no, en islas, lugares exóticos, repartidas por el mundo entero donde operan sin apenas pagar impuestos, y de forma oscura, sin aparecer con sus nombres auténticos. Paraísos fiscales, paraísos sexuales, eternos paraísos, para hoy o para después de la muerte. Pero estos que han irrumpido en nuestros hogares por el trabajo de un grupo de periodistas de investigación de unas decenas de medios de todo el mundo, empiezan a formar parte de la próxima revolución.

Creo que existe un paraíso revolucionario. Y otro libertario. Y ese paraíso llegará cuando quizás el concepto de paraíso haya cambiado mucho pero que viendo como casi todo es mentira, manipulación, gobierno en la sombra, movimientos de capitales sin escrúpulos, se empieza a pensar en otras posibilidades de convivir. Antes de que se me olvide. Hay una campaña contra la violencia de género en los medios que me parece muy acertada. No se culpabiliza a la mujer, no se ven escenas dramáticas, sino se acusa de esos silencios cobardes de su entorno, y esa frase hecha, «son cosas de pareja», que tanto daño hace. Son cosas que nos conciernen a todos y todas. Paraísos soñados convertidos en infiernos de sesenta y cinco metros cuadrados o chalet adosado. No consentir a nadie, en ningún caso. Nada. Ni un mal gesto. Busquemos algún paraíso posible, aquí y ahora.