Coincidiendo con el parón liguero, la responsable de la sección de balonmano del Super Amara Bera Bera, Tati Garmendia, realizó ayer una amplia valoración del primer tramo de la competición en diferentes ámbitos.

En términos deportivos, la responsable valoró lo que llevamos de curso como «un poco agridulce», sobre todo por la derrota en Valladolid, porque «ya no podemos fallar, no dependemos de nosotras mismas», señaló.

Garmendia explicó que el equipo es «joven» y que «ha sido el año que mayor cambio hemos tenido en los últimos cuatro años», además de arrastrar las lesiones de dos jugadoras importantes como Arrojeria y Ausàs.

Ambas jugadoras se reincorporarán en enero, por lo que la plantilla contará con 18 jugadoras: «Por primera vez en cinco años, va a haber descartes y las jugadoras van a tener que apretar».

Sobre Europa, cree que «no estamos tan lejos pero a la vez estamos lejos. Es decir, pierdas de un gol o pierdas de diez, al final te quedas fuera». Por ello, «nos hace falta un pasito más para Europa, e institucionalmente sí que necesitaríamos ayuda».

De ahí que el club, por «una cuestión económica», decidiera disputar los dos partidos en Turquía contra el Kastamonu. «Costó mucho tomar esa decisión, porque no queríamos que las jugadoras pensasen que tirábamos la eliminatoria».

Garmendia admitió que el club se ha visto perjudicado por el cambio de criterios de Basque Team, ya que al perder a su mayor patrocinador EDP, Bera Bera ha dejado de percibir 50.000 euros.