Raimundo Fitero
DE REOJO

Entreacto

Estoy por asegurar que tengo mucho más que ver con Johnny Halliday que con Carmen Sevilla, lo que me retrata generacional y estéticamente. Este rockero francés ha sido un icono de los muchos que han mantenido inhiesta la bandera francófona con categoría mundial. Ha muerto para seguir viviendo durante meses en los medios de comunicación y para restaurar un tiempo glorioso. Macron es la antítesis de Halliday. Macron se subirá a las barbas de Johnny en la despedida.

¿Se imaginan un tren que atraviese Canadá de punta a punta? Existe, tiene muchos años, fue una obra de ingeniería auténticamente colosal, sigue en funcionamiento, necesita tres días para hacer los más de cuatro mil kilómetros, es un mundo interno muy especial y sirve para conectar grandes ciudades, recorrer valles, montañas, lagos, pero también tiene paradas en lugares remotos, en estaciones no construidas donde acuden ciudadanos para ir a hacer las compras cotidianas. Nos lo muestran en una magnífica serie sobre ferrocarriles y además de unos espectaculares paisajes vemos también los lugares dónde se revisan ruedas y motores, el equipo de control. Valoriza más el sentido de una vía ferroviaria que como se dice en el reportaje: creó la noción de Canadá. Y me quedo aquí. En este entreacto político. No quisiera compararlo con nada. Ni con el TAV, que es justo lo contrario, sirve para arañar un paisaje y aislar poblaciones en nombre de una urgencia inventada, ni con Catalunya, donde desde la república anterior existen unos ferrocarriles con ancho europeo homologado. La guerra sucia de los datos y estadísticas con Catalunya está entrando en efluvios etílicos descontrolados regurgitados. Atentos, Zoido está preparando el pucherazo a la contra avisando de un supuesto pucherazo virtual de los rusos.