Raimundo Fitero
DE REOJO

Cero técnico

Estamos revisando las mediciones de audiencia televisiva del último día, del último mes, del último año, del último decenio. Parece que es imparable la caída de las televisión convencional, la que se emite en abierto para públicos masivos. Sigue siendo un negocio, sigue siendo preponderante, pero las tendencias se ven claras, al menos en los análisis más pormenorizados sobre la edad de los televidentes, el uso creciente que se hace de las plataformas de pago, por internet y en otras pantallas que no son la del electrodoméstico esencial. La pirámide demográfica todavía mantiene ciertas costumbres. El futuro es incierto.

En estas mediciones, que son muy profundas, cuando se llega a los detalles se producen datos que abren dudas. Y risas. En las uvas, la televisión de Castilla y León, que parece autonómica, pero que es privada, aunque recibe unas buenas ayudas de la Junta que gobierna el PP, y los propietarios de esa cadena privada son, nada menos, que constructores muy afines a la banda de M. Rajoy, dio cero. Nada. Huts. Según los métodos utilizados para la medición, nadie vio el programa de las uvas en ese canal. ¿Puede ser?

Se llama cero técnico, ya que las mediciones se realizan a partir de más de cuatro mil medidores instalados en casas de familias o individuos que representan a un espectro social concreto. En Castilla y León hay instalados trescientos. Y en esas casas, nadie, absolutamente nadie vio esa oferta televisiva. Los medidores automáticos, con ordenador incorporado, con un protocolo muy concreto, sirven para controlar las audiencias y con ella la inversión publicitaria. Y para estudiar comportamientos por segmentos de edad, economía, estudios, que después bien analizado servirán para que la Big Data sea más eficaz y nos lleguen los anuncios apropiados con mensajes específicos para cada grupo de consumidores.