Oihana Etxebarrieta, Ainhoa Beola, Patricia Perales, Monika Plazaola
EH Bildu
KOLABORAZIOA

¡Este año, nosotras paramos!

Ya es hora, debemos pasar de las palabras a los hechos, aquí estamos, dónde están las mujeres, yo también... Son hashtags que, diariamente vemos y utilizamos en las redes sociales, ante la urgente necesidad de evidenciar que la violencia machista nos está asesinando, que la precariedad laboral nos asfixia, que se siguen mercantilizando nuestros cuerpos, que seguimos asumiendo la mayor parte de los trabajos de cuidados, que nos quieren invisibles, que todavía no estamos presentes en los espacios de decisión... En este siglo XXI, vivimos en el espejo de la igualdad: tenemos, formalmente, numerosas leyes y políticas. No obstante, la realidad nos la muestra el otro lado del espejo: presenciamos el interés por vaciar de contenido político las políticas de igualdad por parte de determinados dirigentes y partidos. Se empeñan en poner en marcha medidas reformistas que no cambiarán las estructuras, mientras el movimiento feminista y los colectivos de mujeres trabajan sin descanso por superar ese oxímoron.

Mientras algunas y algunos viven muy cómodos, el movimiento feminista de Euskal Herria y muchas mujeres han tenido muy clara la necesidad de convocar, por primera vez, a todas las mujeres de Euskal Herria a una huelga feminista, uniéndose a la convocatoria internacional. No va a ser una huelga al uso, porque se quiere, precisamente, visibilizar una reivindicación que va más allá del empleo asalariado; la de que los trabajos del hogar y de cuidados, realizados por las mujeres y sin reconocimiento, son necesarios para que el mundo funcione. Además de eso, pretenden mostrar las discriminaciones y desigualdades presentes en cuatro grandes ámbitos: educación, empleo, cuidados y consumo.

EH Bildu se une a lo planteado por el movimiento feminista y las mujeres de EH Bildu paramos, porque tenemos muy claro que no contamos con todos los derechos y que el feminismo debe permear a todos los sectores y ámbitos.

Paramos porque somos dueñas de nuestras vidas y nuestros cuerpos; le hacemos frente a un sistema que nos violenta (en 2017, siete ciudadanas vascas y un niño fueron asesinadas); paramos para que las mujeres que sufren violencia machista no tengan que pasar por un juicio social; paramos por los altos índices de violencia sexual que sufrimos (el pasado año en la CAV, un 26% más que el anterior); paramos porque además de trabajo queremos empleos dignos, paramos porque tanto nuestro trabajo productivo como reproductivo deben ser pagados y reconocidos dignamente. Y paramos, porque queremos acabar con la violencia, instrumento principal del patriarcado para mantener a las mujeres sometidas.

Por todo eso, y para hacerle frente de un modo efectivo, es necesario un acuerdo social integral, la participación de la sociedad y un compromiso político real: políticas feministas prioritarias, integrales y transversales, en todos los ámbitos, vinculantes tanto en el ámbito público como en el privado y con un enfoque empoderador hacia las mujeres. En este contexto, la educación tiene una especial importancia; necesitamos un sistema educativo público y propio que permita el desarrollo educativo de todas las personas de manera libre y autónoma.

Nosotras paramos porque ya está bien, porque no queremos seguir asumiendo todos los cuidados y trabajos del hogar, gratis y sin reconocimiento: tanto el Estado como los hombres deben asumir la responsabilidad que les corresponde. Las políticas públicas deberían responder de manera efectiva a esta realidad pero, por el contrario, nos encontramos con la imposición de recortes, privatizaciones encubiertas, deslegitimación de derechos... Todos los servicios sociales vinculados con los cuidados deben ser públicos y de calidad, se deben orientar los suficientes recursos a la dependencia, la educación para las criaturas de 0 a 3 años debe ser pública, de calidad y universal...

Nosotras paramos porque creemos que ya es hora de hacerles frente a condiciones laborales y trabajos precarios que condenan a la pobreza a muchas mujeres; para hacer frente a quienes quieren que tengamos más hijos e hijas para que sean mano de obra del sistema productivo y de los cuidados. Mientras, lo único que hacen es proponernos medidas de conciliación que profundizan la precariedad de las mujeres y los roles de género, seguimos sufriendo jornadas parciales, contratos temporales, brecha salarial, excedencias obligadas para el cuidado, división sexual del trabajo, violencias… Les decimos que es hora de hablar de quién, qué y cómo se deben realizar todos los trabajos.

Los derechos y las condiciones vitales se deben desvincular del mercado, y se deben impulsar otro tipo de políticas: rentas de garantía de ingresos y pensiones dignas para todas las mujeres, mejora de las condiciones laborales de las trabajadoras del ámbito de los cuidados (especialmente de las trabajadoras del hogar), acabar con las subcontrataciones, poner en marcha clausulas sociales, dignificar los convenios laborales...

Estas políticas, entre otras, deben ser prioritarias, porque el bienestar de todas las personas y la igualdad entre mujeres y hombres deben ser una prioridad. Y para conseguirlo debemos ser soberanas, porque solo nosotras podemos recorrer el camino de la justicia, la igualdad y la democracia real, decidiendo en Euskal Herria.

¡Por todo ello, este 8 de marzo, juntémonos todas las mujeres y paremos! Seremos más fuertes y daremos un gran paso para conseguir la Euskal Herria feminista y soberana que queremos.