Mustafa HAJI ABDINUR
AFP
FÚTBOL FEMENINO

Doble desafío a la tradición del país y al miedo

El Golden Girls Center de Mogadiscio es el primer equipo de fútbol femenino de Somalia.

La imagen es ciertamente llamativa en Mogadiscio. Poco después del amanecer, cuando el calor es todavía soportable, un grupo de mujeres se desprende de sus hijabs para descubrir camisetas verdes y azules. Leotardos bajo los shorts, velos y gorros no evitan las miradas desaprobadoras e intrigadas de algunos jóvenes, sorprendidos por una vestimenta demasiado ligera para la sociedad somalí.

Siempre sonrientes, conscientes de su rol de pioneras, las jóvenes zigzaguean entre conos de colores, sufren con series de abdominales y se pasan un balón usado sobre un terreno de hierba artificial. A menos de 200 metros, hombres armados custodian una barrera de seguridad. Porque estas mujeres no sólo desafían las convenciones de una sociedad muy conservadora, también afrontan el miedo, omnipresente en Somalia, a Al-Shabab. Grupo vinculado a Al-Qaeda, sus atentados mortales son habituales, y condenan toda forma de diversión, incluído el fútbol, más aún si son mujeres las que lo practican.

«Claro que tenemos miedo», reconoce Hibaq Abdukadir, una de las sesenta futbolistas que entrenan con el Golden Girls Center de Mogadiscio, el primer club de fútbol femenino del país. Mohamed Abukar es el fundador del club. «Tenemos que organizarnos para traer a las chicas a entrenar y para llevarles de vuelta a casa, hay que pensar en la seguridad», admite.

«Hay muchos retos, ya sea por cuestiones de seguridad o por la falta de recursos. Pero esto no nos va a desanimar en nuestra ambición de establecer equipos femeninos en el país», asegura Abukar. «Creemos que ha llegado el momento. Y tenemos que tener el valor de pensar de forma diferente», subraya.

No es fácil. «Hace siete meses que juego pero mi familia sólo lo sabe desde hace dos –explica Sohad Mohamed, de 19 años–. Mi madre ahora ya lo acepta pero el resto de la familia no lo ve bien». Porque vestir pantalones, shorts o camisetas en público sigue siendo tabú en Somalia. «Les he visto entrenar pero, sinceramente, no me gustaría que mi hermana lo hiciera. Parece que están desnudas», asegura Yusuf Abdirahman, que vive cerca del campo. Mohamed Yahye, otro vecino, cree que «no hay nada de malo en que las mujeres juegen a fútbol». Pero matiza: «Tienen que llevar ropa menos ligera. Mientras su cuerpo no sea visible, estarán en conformidad con las reglas de vestimenta islámicas».

Pero las preocupaciones de las Golden Girls ya van más allá de su indumentaria, asegura la joven Hibaq Abdukadir, tan optimista como ambiciosa. «Quiero mejorar para ser tan buena como las jugadoras del Barcelona», asegura.