La capital alavesa cuenta con una larga lista de proyectos fallidos. Iniciativas que no se llegaron a hacer, como el auditorio propuesto por Alfonso Alonso, que supuso un coste de 3 millones a las arcas municipales; el BAI Center de Patxi Lazcoz, reconvertido en la estación de autobuses; o el KREA, previsto en el antiguo convento de Betoño, una zona en la Maroto quería levantar un centro de negocios.

Gasteiz Antzokia corre el riesgo de sumarse a esta lista. Desde que se presentó el proyecto, hace una década, han sido numerosas las discusiones en torno a su ubicación. Se barajó la posibilidad de situarlo en la antigua sede del Banco de España –reconvertida en un centro memorial en el que no tienen cabida todas las víctimas–, y se plantearon otras alternativas, como el polideportivo de Landako o los cines Guridi, que cerraron sus puertas en el año 2012.

Tras el desalojo de Maroto, se relanzó el proyecto. Todo parecía indicar que esta sería la legislatura de Gasteiz Antzokia. Todo iba bien… hasta que el alcalde, Gorka Urtaran, anunció que su idea era situarlo en la manzana del Palacio Eskoriatza Eskibel, la misma manzana de Auzolana. Un frontón recuperado y autosugestionado por Txapa Ahotsa.

Las críticas de esta asamblea vecinal y de EH Bildu permitieron que se replanteara el proyecto, salvando el frontón. Así, cuando parecía que todo estaba listo para comenzar la obra, el Gobierno ha anunciado la aparición de un deposito de combustible que obligará a posponer los trabajos. Como dijo ayer Miren Larrion, el Ejecutivo siempre tiene excusas para no empezar el Antzokia.