GARA
PARÍS

Macron reúne a los ejecutivos rivales en Libia para forzar un acuerdo

Macron reunió ayer a los líderes y los ejecutivos y parlamentos enfrentados entre sí en Libia y les arrancó la promesa, casi seguro que irrealizable, de acabar el año con elecciones. Las todopoderosas milicias ya han advertido de que no asumen ese acuerdo.

El presidente francés, Emmanuel Macron, reunió ayer en París a cuatro principales actores políticos en el caos sirio y les arrancó, entre otras, la promesa, más que el compromiso –no hubo firma ante las cámaras– para celebrar nuevas elecciones el próximo 10 de diciembre.

La conferencia reunió al primer ministro del Gobierno de Unidad Nacional (GNA), Fayez al Serraj, que controla la capital y cuenta con el apoyo de la ONU; y al mariscal Jalifa Haftar, exgeneral gadafista y jefe del Ejército Nacional Libio, que domina el este del país con la ayuda de Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Rusia y... del Estado francés de Macron.

También estuvieron presentes en París Aguila Salah, presidente del parlamento exiliado en 2014 a Tobruk (este), y del que Haftar asegura recibe su legitimidad como aspirante a futuro dictador militar de Libia; y su rival y presidente del Consejo de Estado –una suerte de cámara alta– con sede en Trípoli, Jaled al-Mechri. Miembro del partido Justicia y Construcción (Hermanos Musulmanes libios), Al-Mechri sustituyó en abril a Abderrahman al-Swehli, un influyente político de la ciudad-estado de Misrata, al frente del consejo de Estado, formado en su mayoría por exdiputados del Congreso General Nacional (CGN), parlamento elegido en 2012 tras las primeras elecciones después del linchamiento de Gadafi, el año anterior, y que fue sustituido en 2014 por otro parlamento, el que se exiliaría en Tobruk, elegido en unos comicios en los que hubo un 10% de participación electoral.

El Consejo de Estado acudió finalmente a la cita pero con una serie de demandas que incluyen el fin de la ofensiva militar liderada por Haftar contra la ciudad oriental de Derna, iniciada el pasado 7 de mayo, donde fuerzas salafistas a las órdenes del general luchan para desalojar a milicisas islamo-yihadistas que algunos vinculan a Al Qaeda y son apoyadas por el CGN.

En semejante rompecabezas, las todopoderosas milicias del oeste del país se han desmarcado, por distintos motivos, de la conferencia. Las de Misrata temen que el objetivo de la misma sea fortalecer a su gran rival, Haftar. Pero también están divididas entre las que apoyan o critican al GNA auspiciado por la ONU. Otras milicias, enclavadas en Trípoli y sus alrededores, han desplazado a la Guardia Presidencial, que custodia a Al-Serraj, desde posiciones estratégicas en el aeropuerto internacional.