Una serie con diecisiete millones de audiencia en la televisión americana, “Roseanne”, ha sido cancelada de manera fulminante por la cadena ABC a raíz de un tuit escrito por la protagonista de marcado carácter racista. Hay polémica y gorda. La desgracia para la actriz es que los amigos de Trump la están defendiendo. En cambio, el director general del ente RTVE, José Antonio Sánchez, que dice ufano en sede parlamentaria que aparece mencionado en los papeles de Bárcenas, «pero no en los de Irán o Venezuela». La capacidad de mostrarse un corrupto de este individuo señalado como receptor de dinero de la Caja B de la banda es imparable. Y se lo consienten porque está colocado ahí para seguir con su manipulación y corrupción. Por cierto, casi simultáneamente, el Telediario debió cumplir una sentencia y rectificar una de esas noticias manipuladas e inventadas sobre IU y Podemos. Lo hicieron con muy poca convicción.

Los tuits los carga el diablo, las leyes mordazas o lo políticamente correcto llevado a su máxima expresión. La dirección de la cadena ABC ha tomado una decisión ética, ejemplar, pero probablemente excesiva, por mucho que lo escrito sea abominable. Quizás sea algo reversible, que se pueda recuperar, porque hay una inversión, unos equipos, unas productoras, anunciantes y unos millones de telespectadores a los que lo que les importa es lo que se dice en la serie, no lo que escribe a altas horas de la noche su protagonista bajo los efectos de productos químicos.

No es fácil discernir sobre esta actuación de la cadena. Han elevado mucho el listón. Defraudadores de Hacienda convictos, son contratados por TVE para la serie que coproducen. El bucle judicial-parlamentario-emocional sigue en pleno apogeo. Quim Torra tendrá Govern. ¿Qué dice el PNV sobre la moción censura?