Las maniobras diplomáticas para concretar una cumbre entre los líderes de Estados Unidos y Corea del Norte se aceleraron ayer con reuniones entre un alto cargo del régimen de Pyongyang y el jefe de la diplomacia estadounidense en Nueva York.

El secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, se felicitó de las «sustancias discusiones con el equipo de Corea del Norte». «Hemos hablado de nuestras prioridades para la eventual cumbre de nuestros líderes. Hemos hecho un progreso real en las últimas 72 horas para fijar las condiciones», afirmó.

Kim Yong-chol, considerado la mano derecha del líder de Corea del Norte y el funcionario de mayor rango de Pyongyang que visita EEUU en los últimos 18 años, volvió a reunirse con Pompeo, en la cuarta cita que mantienen ambos funcionarios, que preparan la cumbre entre Donald Trump y Kim Jong–un prevista para el 12 de junio en Singapur con la que se busca poner fin a un enfrentamiento que estuvo a punto de conducir a una guerra. Kim Yong-chol ha desempeñado un papel clave durante las recientes rondas de diplomacia.

Un alto funcionario estadounidense que pidió el anonimato indicó que para que esa cita tenga lugar, Corea del Norte «tiene que dejar muy claro qué está dispuesto a hacer».

También Trump se mostró optimista al afirmar que las reuniones entre Pompeo y Kim Yong- chol van «muy bien», y que está «ansioso» por recibir una carta de Kim Jong-un que probablemente le será entregada hoy.

A la vez, enviados norcoreanos y estadounidenses se reunieron en Panmunjom, en la zona desmilitarizada que separa las dos Coreas, mientras que un equipo de EEUU ya está en Singapur haciendo trabajos logísticos de cara a la cumbre.