Raimundo Fitero
DE REOJO

Un rato

Seamos ingenuos, ilusos, sintámonos históricamente en otro punto, en un lugar donde se puede tener alguna oportunidad de recuperar un poco del pulso democrático perdido, aunque sea solo por un rato. Me concedo este derecho a la alienación temporal ilusoria. Espero con unas expectativas infinitas que metan mano ya en RTVE y manden a la insignificancia, o al fiscal, a quienes han tomado los informativos y los han convertido en una caverna intoxicadora, una cueva de vergonzosos tertulianos con argumentario gubernamental en el móvil y a sueldo sobrevalorado por su simple adscripción de guardianes de la banda. Estructuralmente, forman parte de la estrategia de robo y destrucción del edificio con problemas antiguos de la democracia monárquica en la que sobrevivimos. Prometió su cargo ayer sin símbolos católicos. Un primer signo. Esperamos a ver a su equipo de gobierno. Escuchamos las peticiones diversas que debe afrontar ya. Prioridades. Una lista amplia, con direcciones amplias, un lío. No debe ser nada fácil despertarse con la responsabilidad de tomar decisiones que van directamente al BOE. Recibir llamadas de la Botín, de los arzobispos, de los jubilados o de los parados, y tener que decirles algunas palabras contradictorias para salir del paso. Por un rato mantengo la esperanza. El desencanto llegará. Veamos si se acercan a los presos de una puta vez. Si se retira la ley mordaza, si se toma una decisión tan sencilla como acusar de fraude jurídico lo del caso Altsasu, sacar a los chavales de la cárcel y repetir el juicio por faltas. Si no es terrorismo, ¿qué mierda hace la AN? En Catalunya tiene muchas más cosas que hacer. Y acabar con la ley mordaza mañana. Y tantas, tantas cosas de regeneración democrática. Una detrás de otra. Educación, sueldos, pensiones. Mucha labor inmediata y no tan difícil.