Manifestantes antigubernamentales defendían ayer con escudos y morteros artesanales las barricadas que volvieron a levantar en la ciudad nicaragüense de Masaya, tras su retirada la víspera, durante los enfrentamientos con la Policía y grupos afines al Gobierno. La Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (Anpdh) informó de la muerte durante los choques del martes en Masaya de al menos seis personas, a las que habría que sumar una más en la ciudad de Estelí, lo que levaría a 190 el número de fallecidos desde que el 18 de abril estallaran las protestas contra el Ejecutivo de Daniel Ortega.

Ayer se escuchaban disparos en distintos puntos de Masaya y se reportaron tiroteos y ataques de hombres armados en Jinotepe, León, Matagalpa y Estelí.

«Son situaciones de extrema violencia que ya están sobrepasando los límites, y la verdad es que nos encontramos en una indefensión total», dijo a la AFP la directora ejecutiva del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Marlin Sierra.

El recrudecimiento de la violencia en Masaya se produjo después de que la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) suspendiera el lunes el diálogo a la espera de que el Gobierno invite a organizaciones internacionales para investigar los hechos de violencia. La opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia se retiró el lunes de las mesas de diálogo tras criticar al el incumplimiento del acuerdo por el Ejecutivo, al que la oposición acusa de usar el diálogo para para seguir reprimiendo.

El Gobierno exige el fin de los bloqueos de vías y la Alianza Cívica un adelanto electoral de 2021 a marzo de 2019 y reformas en el poder judicial.