Raimundo Fitero
DE REOJO

Grandote

La primera vez que supe de esa nueva salvajada en el Mediterráneo en donde una patera quedó abandonada por los patrulleros libios, la escuché por la radio. Una voz que me parecía conocer narraba la situación trágica y soliviantaba por la posibilidad de que a esa patera la hubieran hundido voluntariamente. Una mujer y un niño, muertos. Otra mujer salvada. Y seguía una voz profunda narrando con  solvencia.

Después leí la noticia y mencionaban un nombre que me sonaba, Marc Gasol, pero debía ser una coincidencia, hasta que llegaron las imágenes, en donde se ve, sí, al pívot de la NBA, al gigantón, a ese hombre grandote equipado con salvavidas, casco, metido en el agua, rescatando a la viva y recuperando a los muertos. Colaborando con la ONG Proactiva Open Arms, que está dando mucho de qué hablar. Está en medio del conflicto, está demostrando que lo que sucede en el Mediterráneo es un problema humanitario de origen político, que existe mucha falta de solidaridad y que se intuyen actitudes beligerantes de gobiernos que propician la tragedia. Y que quieren que estos barcos de estas organizaciones abandonen la zona, que los cadáveres de seres humanos sirvan de alimento a los peces sin testigos de cargo.

Calladito, sin publicidad, apareciendo por una circunstancia noticiable, en pleno meollo, aparece este famoso jugador de baloncesto. Y uno siente una sensación de alivio. No solamente aporta dinero, que es para los ricos lo más fácil, si no que se compromete de manera directa, físicamente. Estas actitudes sí son ejemplares. Esto contribuye a que se preste más atención a esa tragedia indescriptible con muertes de seres humanos con la que convivimos diariamente y parece queremos darle la espalda. Bravo por Marc y otros anónimos que están ahí, intentando aliviar a los desesperados.