Todos los estamentos profesionales de los servicios informativos de TVE han utilizado el apellido de la recién nombrada por Rosa María Mateo para dirigirlos, Begoña Alegría, para designar su estado de ánimo. Fue apartada por los comisarios políticos de la banda de Rajoy y colocada en una esquina, en un programa invisible, “Parlamento”, después de haber sido una de las periodistas que fue dotando de credibilidad y profesionalidad a las etapas de mayor gloria de la televisión pública española. Proveniente del centro de TVE en el País Vasco, acaba de convertirse en el santo y seña de una renovación urgente para volver a encontrar ganas de trabajar en libertad en todo el entramado informativo. 

Y este nombramiento deja a las claras que la señora Mateo, administradora única provisional, ha llegado para emprender reformas, desbaratar todo el entramado paralelo creado por los ocupas peperos y demostrar que incluso en la provisionalidad, se pueden ir tomando decisiones que despeje el camino para el próximo equipo que sea nombrado en sede parlamentaria con la bendición numérica adecuada. Y esta primera medida es ejemplar en todos los sentidos. Esperemos las siguientes decisiones para ir comprendiendo mejor el verdaero alcance de su nombramiento. 

Por cierto, de los candidatos que se conocen para optar a la dirección general del ente y al consejo de administración, se encuentran varias profesionales de larga trayectoria de la casa. La elección que realicen los expertos deberá ser meditada analizando el proyecto, la viabilidad, y tengo una duda, ¿ellos saben qué se quiere elegir o lo harán sin tener definido su propio modelo? Me explico, si no saben exactamente qué buscan, encontrarán algo que les parezca deslumbrante y atractivo. Sin más criterios objetivos y con cruces ideológicos inconfesables.