Pablo Ruiz de Aretxabaleta
Periodista
IKUSMIRA

Icono de resistencia

E l físico argentino José Edelstein comentaba en una reciente entrevista en este diario que convertir a Albert Einstein en un icono pop supone que millones de personas lo conozcan, pero muy pocas sepan lo que hizo. Pero, a la vez, advertía de que, sin haberse convertido en ese icono, probablemente ni se le conocería. Y si reducirlo a un símbolo puede pervertir su verdadera labor, también puede servir de estímulo para que algunos rasquen en la superficie del icono y encuentre algo más.

No es nuevo que el sistema capitalista es capaz de fagocitar cualquier cosa y hacer de Frida Kahlo, el Guernica o el Che mercancías consumibles por quien ni comparte ni entiende su historia. Pero también pueden ser la forma de mantener la memoria para que, al menos en algún caso, se conozcan a fondo.

Cargar el peso de ser un icono de resistencia sobre una niña de 17 años como la palestina Ahed Tamimi puede ser excesivo, pero ella es consciente de que puede servir para hacer más visible la lucha de su pueblo contra la ocupación, empezando por los menores encarcelados en prisiones israelíes, como recordó nada más quedar en libertad.

También Israel lo ha entendido. La persecución de Tamimi y su familia no va a acabar ahora y arremete hasta contra quienes pintan su retrato en el muro del apartheid.

Porque buscando detrás del icono de una niña abofeteando a un soldado se encuentran los niños y niñas que cada día tienen que sortear innumerables controles militares para ir a clase, ven derruida su casa, tienen que beber agua contaminada o son bombardeados cuando juegan al fútbol en una playa.