Peligros
Los peligros «objetivos» de la montaña parecen aumentar con el tiempo. Ya no solo caen paredes y agujas de roca en las montañas alpinas por el aumento de las temperaturas y la desaparición del permafrost, sino que pasan muchas más cosas; por ejemplo, los ascensos en teleférico en el macizo del Mont Blanc están afectados por un gafe especial y hay que elegir cuidadosamente dónde se monta uno. Ya en los años anteriores, el teleférico que cruza el Valle Blanco desde La Aiguille du Midi sufrió varios contratiempos, entre ellos la rotura del cable debido a un temporal de viento que también afectó a telecabinas del de Grand Montets. El de La Aiguille du Midi ha sufrido dos averías a lo largo de este verano y, como parece que hay competición, la estación intermedia del Grand Montets (Lognan) sufre un aparatoso incendio bien visible desde el valle lo que provocó la fusión de alguno de los cables. Los aficionados a estas montañas van a tener que volver a los orígenes y utilizar más los pies para superar estos grandes desniveles aunque, según un dicho atribuido a Nietzsche, seguramente apócrifo, «no es la altura lo que es terrible sino la pendiente». Pero no todo es tan fácil, que en las montañas del Jura francés andan buscando a un rebeco “serial killer” (sic) que ataca a excursionistas y korrikolaris con, al menos, dos casos con heridas graves, con ocho y doce puntos de sutura en la entrepierna. A ver como lo cuentas en el trabajo y que te crean.