Raimundo Fitero
DE REOJO

Alienación

De acuerdo: estar pendiente de la alineación es un síntoma de alienación. Busco reparación física del desgaste mental del cambio de horario. En diferentes canales televisivos intervienen científicos, ocurrentes, políticos y nigromantes refiriéndose a la bondad o inutilidad de estos cambios y a la vez se introduce el cambio de huso, un asunto que tiene determinación política y que tampoco nadie es capaz de definir de manera rotunda. La diferencia entre este y oeste es muy grande, cabrían dos husos. O tres. Manda el sol. Nos enseñan algo que faculta la duda como evidencia. Hace apenas un siglo los ciudadanos vivían en su propio huso horario, el que determinaba la salida y la puesta de sol de su lugar de residencia y que, además, quedaba reseñado en las paredes de la iglesia, donde estaban colocados los relojes de sol. La cuestión es clara, alguien soltó el rumor en Europa de que este cambio podía ser el último. Y nadie lo confirma. Ni lo desmiente. Los teléfonos que nos prestan su inteligencia artificial se cambian directamente. Los manuales necesitan de nuestra colaboración. Por lo tanto, a falta de otras preocupaciones, he decidido celebrar esta caída de las temperaturas, viviendo deportivamente. Y el cambio ayuda. A despistarse, entre otras cosas.

Completada mi dosis de alienación partidista, política de batiburrillo, lo bueno es ver en horario australiano unas carreras de motos en el circuito más rápido. Con gaviotas sobrevolando la pista. Y en los recesos, ver en directo fútbol de la liga china. Quizás así aprenda el mandarín. Cuando ETB se gastaba una fortuna para tener los partidos de fútbol que compraba con la FORTA, se emitían en ETB-1 en euskara y así salía este canal en las audiencias. Decían que era la manera de popularizar el uso del euskara. No sabían que existe la radio. Alienación en línea.