Luca Sangalli recibió ayer el alta hospitalaria, después de que las primeras pruebas hayan concluido que no presenta signos de afectación neurológica tras el ictus isquémico leve que sufrió el pasado miércoles.

El ictus se produjo al poco de iniciar, a las 6.30 horas de la mañana del miércoles, el examen correspondiente al máster de Ingeniería Industrial que cursa en la sede de Hernani de Mondragon Unibertsitatea.

El centrocampista de la Real presenta un pronóstico «bueno» y «actualmente se encuentra bien», ya que no tiene «síntomas ni signos de afección neurológica» tras el ictus. Sangalli está a la espera de los resultados de las pruebas que se le han practicado en la Unidad de Ictus del Hospital Donostia, que podrían llegar en el plazo de entre dos y tres semanas, según precisó la Real. En función de estos resultados, los médicos decidirán si piden más pruebas y adoptarán decisiones terapéuticas «de carácter más definitivo».

Sangalli puede desarrollar vida normal, aunque sin esfuerzos físicos, por lo que no se ha establecido ningún plazo para la vuelta a su actividad habitual.

Machín se pone la venda

El entrenador del Sevilla, Pablo Machín, dijo ayer que pretende «dar la mejor versión» y, aunque augura «muchas dificultades» en Anoeta, espera «no ser menos» ante la Real, un rival que no ha ganado en casa pero es el mejor visitante. Si ellos son el peor equipo en casa y nosotros de los mejores fuera, ¿qué hacemos? ¿No vamos?», se preguntó un Machín que estima que el su rival «saca puntos fuera porque tiene muchas virtudes» y es un rival directo «llamado a pelear por Europa» que jugará «con el ali- ciente de dar una alegría a su afición».

El técnico soriano ve complicado que los lesionados Mercado y Silva estén a su disposición en Donostia. «Será difícil que puedan dar su mejor nivel». Prefiere aplicar «el sentido común en temas musculares», por lo que «si no están en óptimas condiciones, no viajarán».

Solo ha ganado en 7 visitas

El Sevilla, que llega mañana, ha perdido cinco de sus últimos siete partidos en Donostia, donde a lo largo de su historia sólo ha ganado 7 de los 59 encuentros ligueros que ha disputado. La última victoria fue hace dos temporadas, cuando goleó 0-4.