GARA
asobal

Cura de humildad en el apretado final con Sinfín

SINFÍN 23

BIDASOA IRUN 22


El pabellón de La Albericia no se le daba bien en los últimos tiempos a Bidasoa Irun y tampoco se le dio bien ayer. Es más, ayer sufrió un castigo más duro de lo habitual al perder el partido en el último segundo con la excelente transformación del golpe franco de que dispuso el jugador local Nacho Vallés. Fue un instante que servirá para agrandar la leyenda de este polideportivo santanderino como zona hostil para ganar un partido. Lo cierto es que, en uno de los partidos más irregulares de Bidasoa en las últimas jornadas, el resultado estuvo siempre igualado. Solo al filo del descanso hubo cierto margen de ventaja para el conjunto guipuzcoano. Después, en la segunda parte, el Sinfín se encon- tró más cómodo en el fango del mal juego general y, finalmente, con un golpe de suerte, se llevó la victoria.

Con este resultado, el equipo de Rodrigo Reñones suma un valioso triunfo para sus aspiraciones de permanencia y empieza a convertir La Albericia en un fortín tras su cuarta victoria consecutiva.

Sin embargo, siembra dudas en la trayectoria de Bidasoa que ha empezado la Liga como un tiro, uno de los mejores de la competición de los humanos, en la que no cuenta el Barcelona. El equipo de Jacobo Cuétara no tuvo ayer un buen día y de no ser por el portero Rangel no hubiera disfrutado del último minuto, al que se llegó con tablas (22-22) y una última posesión de 11 segundos para Sinfín. La defensa de Bidasoa repelió el primer intento local de marcar, pero, cuando parecía que se terminaría en empate, Nacho Vallés encontró un hueco imposible para decidir el encuentro.