Hay noticias televisivas que deberían conmocionar a los más veteranos del lugar. Freixenet ha renunciado a sus burbujas en su anuncio navideño. Décadas esperando a esas burbujas con estrellas del firmamento del espectáculo bailando en nuestra pantalla para predisponernos a beber cava de una marca que ahora se ve en algunos premios de automovilismo de la F1. Son decisiones publicitarias y de estudios de mercado, pero aquella acción del gobierno de Rajoy para facilitar la salida de empresas de Catalunya tras el procés y las campañas de boicot a los productos catalanes tienen algo que ver.

Mañana la ciudadanía andaluza va a poder depositar su voto en las urnas y definir su futuro. La campaña de estas elecciones ha sido un auténtico bochorno. Los de Zape Rivera han hecho campaña hablando de Catalunya, con Inés Arrimadas, dando mítines con un acento andaluz impostado que daba gloria escucharla. Zipi Casado, es un desorientado total. Nunca sabe dónde está, ni lo que dice, tiene tres frases hechas cargadas de odio y con eso va a llevar a su banda a la oposición crónica, al menos en Andalucía, donde, la lucha de verdad está entre dos mujeres, Susana Díaz, tan de derechas ella y Teresa Rodríguez, la más sensata con un mensaje socialdemócrata que suena a bolivariano para los idiotas amansados por la ignorancia.

Algunos consideran estas elecciones como unas primarias de las generales. Seguramente los resultados andaluces van a decir algo de los tiempos electorales. El tiempo de las mentiras como escupitajos se ha instaurado, y al señor Borrell, lo deberían jubilar, porque decir que en los USA se mataron a cuatro o cinco indios, es una declaración de extrema derecha, como parece ser su pensamiento actual. Mañana veremos si hay burbuja de extrema derecha o no.