Azul y rosa
Azul y rosa. Una ministra de Bolsonaro se siente feliz porque de nuevo los niños vestirán de azul y las niñas de rosa. Es una declaración de principios absoluta. Las imágenes de estas declaraciones me han recordado a Ana Botella, una militante de primera de los Legionarios de Cristo, del pederasta consentido y protegido Marcial Maciel. Quizás este recuerdo sea por el tono de su recitado. Y porque asegura esta señora que es ministra de la mujer y los derechos humanos, que ella es “terriblemente cristiana”. Detrás de ella alguien movía una bandera de Israel. Es blanco con una estrella de David azul. No se ve el rosa.
Para los del PPOX, la violencia machista se ha transformado en violencia doméstica, o en sede familiar. Conceptos muy reaccionarios, donde quieren decir que sufren. Violencia en el mismo grado, intensidad y con secuencias los que van de azul y las que van de rosa. Es una de esas barbaridades que van lanzando en este retroceso hacia el medievo. Intentan comparar las muertes de mujeres por hombres, con lo que pueden ser casos aislados de un cuidador o cuidadora que pegue a un niño a su cuidado o a un anciano. Todo para mantener su visión machista tan consolidada en el Nacional Catolicismo de la dictadura franquista que tanto añoran, respecto a la sumisión de las mujeres, a considerar la violencia sobre ellas, algo casual y no fruto de una ideología discriminadora.
Como se ve en la serie dirigida por Paco León “Arde Madrid”, no se sabe si van de azul o de rosa, porque es en blanco y negro, como la época franquista que relata, y donde se ve claramente lo pervertido sexual que era el régimen, la violencia contra las mujeres siguiendo episodios de la vida de Ava Gardner. Trata estos asuntos sin prejuicios y mostrando el terror policial, religioso, político y la represión sexual de la época.