FENERBAHçE 96

KIROLBET BASKONIA 87

No se le puede pedir nada más a Kirolbet Baskonia en estas circunstancias. Llegó a meterle miedo a Fenerbahçe, pasando de caer por 69-48 hasta ponerse 82-81, y aunque no pudo pasar de ahí, obligar a los de Zeljko Obradovic a tener que ganar ya es todo un logro. Evidentemente, los gasteiztarras afrontan una semana más lejos de los ocho mejores de la Euroliga, pero con este espíritu de lucha el objetivo está al alcance.

Los «ocho magníficos» de Perasovic –más los 19 segundos de Miguel González, más la presencia simbólica de Garino, Penava y Kurucs– hicieron lo que buenamente pudieron y nada se les puede reprochar. Quizá que Janning no se desinflara al final del partido; quizá que Poirier y Hilliard tardaran en meterse en el mismo; quizá que Diop continúe con sus vicios que tantas personales le cuestan. Todo es mejorable, y al mismo tiempo, la actitud de los gasteiztarras fue ejemplar, sobre todo cuando logró reaccionar en el peor momento, con 69-48 en el luminoso, después de que Guduric enlazase tres triples consecutivos. Fenerbahçe se vio obligado a tener que jugar con sus mejores jugadores y a ganar al Baskonia. Que no es poco.

El mejor día de Shields

El primer cuarto parecía denotar una suerte de pacto de no agresión entre ambos equipos. Fenerbahçe anotaba sin problemas ante un Baskonia que daba la réplica de la mano de Shields. Parecía una especie de acuerdo según el cual los de Obradovic iban a asegurar su triunfo, pero sin hacer sangre. Paradójicamente, fue lo que acabó ocurriendo de verdad.

Porque los turcos jamás se vieron por detrás, pero salvo en el tercer cuarto, siempre tuvieron al Baskonia en el retrovisor. Un gran Shavon Shields fue el gran culpable, con un muy buen Voigtmann de lugarteniente. Juntos se aliaron para no rendirse nunca y darle cierto sentido a eso de que si compites, la derrota duele menos.

David Blatt se lleva ante Rick Pitino el duelo de exentrenadores de la NBA

Un duelo entre Olympiacos y Panathinaikos no necesita más aditivos, pero que en los banquillos se vieran las caras dos entrenadores con experiencia en la NBA como David Blatt y Rick Pitino no dejó de tener su morbo. Al final, el ex de los Cleveland Cavaliers superó al que llevara a los Knicks a las Finales de la Conferencia Este en 1993 por 79-65.

No asomó Patrick Ewing por el parqué del Palacio de la Paz y de la Amistad, pero el pívot serbio Nikola Milutinov hizo unos 18 puntos y 18 rebotes dignos del pívot nacido en Jamaica. Con otros 18 puntos, el base letón Strelnieks fue el otro elemento desequilibrante a favor de la escuadra del Pireo, que rompió el partido en el segundo cuarto, merced a un parcial de 25-11. Mientras, en el bando del PAO, su 8 de 25 en triples y el haber forzado solo seis tiros libres –errando la mitad– pesó como una losa. Con 13 puntos, Calathes fue el máximo anotador de su equipo, por 10 del base lituano Lekavicius.

En Kaunas, en cambio, hubo una avalancha de tiros libres. Zalgiris anotó 38 de 43 intentos desde la «distancia de la caridad», pero fue insuficiente para superar a un CSKA de Moscú que se impuso por 79-84 tras anotar 20 de 25 tiros libres.

Brandon Davies y Grigonis pusieron a los moscovitas contra las cuerdas, pero entre Daniel Hackett –muy atinado en los triples– y Will Clyburn, los de Itoudis sacaron la cabeza. Saras Jasikevicius, por cierto, acabó cabreadísimo con el arbitraje.A. G.