Joseba VIVANCO
Fútbol internacional

Veintidós asalariados tras un balón

El Sunderland mete en Tercera a 46.000 almas en su estadio y el Ajax ficha jugadores que compitan en campeonatos de Internet.

Ellis Short, empresario estadounidense fundador de una compañía de gestión de inversiones inmobiliarias, adquirió las acciones de Sunderland en 2009, cuando el club del noreste de Inglaterra militaba todavía en la Premier League. En 2017 culminó su descenso, el propietario tomó las de Villadiego y a partir de ahí un calvario narrado en la serie documental “Sunderland till I die” (Sunderland hasta la muerte) que emite Netflix. Hoy, los conocidos como ‘Gatos negros’ juegan en la League One, tercera división del país, y para una ciudad de más de 150.000 habitantes cuya comunidad gira en torno a su club, el varapalo económico ha sido durísimo. Lo que no se negocia es su amor por los colores de esta entidad centenaria: en el último Boxing Day de hace unos días acudieron 46.039 personas al estadio en su partido contra el Bradford.

El fútbol hecho negocio. Lo saben muy bien en otro club que llegó a estar en la Premier League hace siete años, el Blackpool, que actualmente sobrevive también en esa tercera división. Estos días su afición protestó contra la familia propietaria de la entidad, a cuya cabeza se sitúa un tipo condenado por violación en los años noventa, y decidió no acudir al estadio, que registró una pobre entrada de 10.994 espectadores, de los cuales 7.804 eran visitantes, seguidores del... Sunderland. Este pasado fin de semana, otros 3.000 ‘gatos negros’ acudieron al campo del Charlton Athletic. Por cierto, Aitor Karanka, en la cuerda floja en su Nottingham.

Llega el ecuador de la temporada en la mayoría de competiciones europeas y algunos históricos observan desde la parte baja de la tabla los meses de sufrimiento que se les avecinan. Uno de ellos es el Mónaco. Penúltimo en Ligue 1 y que esta próxima jornada visita a un Marsella, sexto en la tabla, que acaba de caer en la siempre sorprendente Copa de Francia ante un equipo de cuarta categoría. El club monegasco que entrena Thierry Henry no termina de levantar cabeza y todo apunta a la llegada de refuerzos este enero, jugadores veteranos para liderar a los chavales casi imberbes con los que está lidiando ‘Titi’, caso de un excanterano de Tajonar como Robert Navarro que, previo paso por La Masia, fichó por los del Principado y debutó este fin de semana a sus 16 añitos.

Otro que sobrevive en el inframundo de los puestos de descenso es todo un clásico turco como el Fenerbahçe, penúltimo, donde sigue Roberto Soldado y el mexicano exrealista Diego Reyes, que podría salir de inmediato vía fútbol estadounidense. El exjugador del Barça Phillip Cocu fue destituido en diciembre y el futuro del segundo club más laureado de Turquía pinta mal en una liga en la que en los cuatro primeros puestos no están ni Galatasaray ni Besiktas, y donde siguen haciendo goles jugadores como Robinho (Sivasspor), Papiss Cissé (Alanyaspor) o Enmmanuel Adebayor (en el líder Istanbul Basaksehir).

Rooney, como Melendi

Buen dinero el que se maneja en el campeonato turco como pagan bien en la Major League Soccer si eres, claro está, Zlatan Ibrahimovic. El sueco seguirá en la liga norteamericana atraído también por un nuevo contrato que superará los 7 millones de dólares del brasileño Kaká. Por cierto, otro de los jugadores destacados en el torneo, el inglés Wayne Rooney, fue detenido en diciembre por causar disturbios en plena borrachera en el aeropuerto de Washington. En su defensa alegó que le sentaron mal unas pastillas para dormir que mezcló con alcohol. Vamos, como le pasó a Melendi.

Precisamente la MLS acaba de ser reconocida como la liga de fútbol más responsable en el mundo, según un estudio sobre el buen gobierno, alcance a la comunidad y campañas de conciencia, y consideraciones ambientales. El ránking publicado este año da como resultado que la SuperLiga de Dinamarca cayó a la segunda posición, mientras que la Premier League de Inglaterra finalizó tercera. El informe destaca dentro de los puntos positivos de la MLS los estadios inaugurados en 2018 en Atlanta, Los Ángeles y Washington D.C.. Todos ellos recibieron certificaciones LEED por su sostenibilidad ambiental. Además, la promoción que el campeonato hizo a propósito del Día de la Tierra –en la que todos sus equipos lucieron uniformes Adidas Parley, hechos con desperdicios plásticos reciclados– mostraron un compromiso destacable con la responsabilidad ambiental.

El escritor y activista político inglés John Boynton Priestley sostenía que «decir que estos hombres pagaron sus chelines para ver a veintidós asalariados patear una pelota es como decir que un violín es madera y tripa, y Hamlet papel y tinta». Pero el hecho es que el fútbol ya no es tan solo dar patadas corriendo detrás de un balón.

El Brondy es uno de los clubes más conocidos de Dinamarca, pero hace años que no consigue sobre el césped los premios deseados, lo que redunda inevitablemente en la pérdida de seguidores, especialmente entre la juventud. Así que se sumaron a la aventura del fútbol electrónico y vía el FIFA Interactive Club World Cup, o lo que es lo mismo, jugar campeonatos virtuales, en 2016 salieron campeones de la mano de su fichaje estrella Marcus Jorgensen, el primer gamer de la historia del club, que a raíz de ese éxito fue fichado por el Manchester City.

«Tras su marcha decidimos buscar un jugador de un nivel similar y acabamos fichando a Fredberg, uno de los mejores de Dinamarca, que también tiene muchos seguidores en YouTube. Posteriormente, en un evento organizado por un patrocinador de clubes, descubrimos a Fatih Ustun, que se proclamó campeón de aquel torneo a pesar de que se trataba de su primera participación en una competición oficial. Acabamos fichándolo y su temporada 2018 ha sido muy buena», explica Jesper Larsen, responsable de deportes electrónicos en el Brondby.

Jugar a fútbol con el pulgar

No es ninguna broma esta incursión de clubes en las competiciones virtuales. El Ajax también se sumó hace dos años al mundo electrónico y se convirtió en uno de los primeros clubes de fútbol del mundo que fichaba a un jugador de eSports. Ahora mismo tiene tres jugadores en nómina, uno de ellos, cedido, sí, cedido, actualmente en un club japonés. Se trata de Bob van Uden, quien antes de dedicarse a jornada completa a los videojuegos militó en la academia ajacied junto a Justin Kluivert o Matthijs de Ligt, la última perla tulipán. El departamento de eSports del Ajax tiene una plantilla de ocho personas. Desde luego que esto dejó de ser hace mucho 22 asalariados pateando una pelota, aunque el martes a un Sunderland-Newcastle sub-21 acudieran 2.780 seguidores visitantes... y eso que la petición de entradas había sido de 10.000, imposible por razones de seguridad. Y es que quizá, al final, fútbol solo sea fútbol.