Raimundo Fitero
DE REOJO

Vigilia

Totalán, el pueblo malagueño convertido en centro informativo por un accidente, pasará a los anales del periodismo amarillo y de la televisión disfuncional por un tratamiento absolutamente desmesurado y, ahora que parece que los profesionales están trabajando al límite, acercándose al pozo donde supuestamente se encuentra el niño Julen, porque ese personaje mediático tan reproductor de vómitos ideológicos, Juan José Cortés, ha ocupado un lugar ante las cámaras y los micrófonos y ha montado una vigilia. Exacto, una vigilia para rezar y cantar al señor, según dice a petición de los padres del niño. No se sabe exactamente con qué fin que no sea hacer propaganda de su secta y de su persona, pero explica en un programa tóxico matinal que, ya que se da por supuesto que el niño debe ser un cadáver, lo único que queda es la fe. Ahí queda el detalle.

Y uno que es incapaz de asumir la realidad televisiva sin entrar en circunstancias paranormales, encuentra en las capas freáticas de la estructura interna de Podemos motivos para hacer comparaciones, crear un equipo televisivo de crisis y con ventanita abierta en todos los programas para conectar en directo con algún lugar de la galaxia y recomendar a sus dirigentes realizar una vigilia, rezar, cantar canciones de campamento, leer a Marx, tendencia Groucho, y hacer un túnel para escaparse de su chalé a base de microvoladuras controladas por los espeleólogos de sus círculos viciosos. Es un espectáculo deplorable. Lo peor es que no se detecta ni un gramo de inteligencia. Carolina Bescansa, otra de las apartadas por Iglesias y su cuadrilla suicida, dice que no encuentran en la dirección argumentos políticos sino sentimentales. Eso es obvio. Están preparando la vigilia. Se entiende perfectamente que sea Monedero el más reclamado por los medios. Es el que se sabe los salmos.