Kepa y Sarri piden disculpas por su triste espectáculo
Quieren correr un tupido velo aduciendo que fue un malentendido entre ambos.
Al Chelsea le crecen lo enanos. Sin opciones para ganar la Premier, aguantando en la Europa Liga, castigado el club sin poder fichar por un año, con su estrella Hazard llorando un día sí y otro también que se quiere ir al Real Madrid. Lo único que le faltaba era arrastrar su imagen por el barro y esto también le ha llegado. Ocurrió el domingo en la final de la Carabao Cup (antes llamada Copa de la Liga) y uno de los protagonistas fue Kepa Arrizabalaga; el otro, su entrenador, Maurizio Sarri, un técnico al que hace semanas que Abramovich le preparó la soga por los discretos resultados.
El caso es que el partido, en Wembley para más señas, terminó 0-0 y la prórroga iba por el mismo camino hacia la tanda de penaltis. Poco antes de finalizar el tiempo extra, Kepa se quejó problemas musculares –era la segunda vez que lo hacía– de los que tuvo que ser atendido. Con el portero en el suelo, auxiliado por el médico del equipo, Sarri decidió pedir el cambio y que entrara Caballero. “Necesito un portero sano”, debió pensar.
Entonces, Kepa se percató de la jugada y, mirando a Sarri, empezó a gritar que estaba bien y que la sustitución no era necesaria. El técnico italiano, que no debía de verlo claro, insistió al vizcaíno que saliera. Y Kepa, que no y que no. A Sarri le llevaban los demonios y a punto estuvo de marcharse del campo entre aspavientos. Caballero, entre tanto, no sabía dónde meterse. Mientras, Kepa contaba su versión al árbitro y a sus compañeros. Al final, Sarri, cuyo peso específico en el club es cada vez menor, terminó cediendo. El meta vasco paró un penalti, pero no fue suficiente. Solo hubiera faltado que ganaran la Copa por él. En cualquier caso, el mal ya estaba hecho. Abramovich debió leerles la cartilla y los dos respondieron al unísono que se trató de un mal entendido.