Crestas de Lizarraga occidentalesArcos de Portupekoleze, y las cimas de San Adrián y Baiza
El puerto de Lizarraga es la puerta a las sierras de Andia (oriente) y Urbasa (occidente) y recorrerlas en ambos sentidos es un brillante ejercicio de crestas sobre el valle de Ergoiena. Si anteriormente con “Mendia” peregrinamos por las del este (25-6-2018) ahora sugerimos completar las del oeste, navegando en esta kárstica y dentada sierra con abiertos portillos, miradores soberbios en todas las direcciones y especialmente hacia la Sakana. La cordillera, vista desde los pueblos del valle, se asemeja a una ola pétrea, fortín de los infinitos bosques de Urbasa y de las nubes del “ego haizea”.
Situado el lector en Lizarraga mendatea, aparcando el coche después del túnel y al lado de la venta, iniciará la excursión dirección Este / Oeste en busca de tres objetivos: Los arcos de Portupekoleze, y las cimas de San Adrian y Baiza (Maiza), en un itinerario que también se conoce como ruta de las ermitas dado que tras la 2ª cumbre, se encuentra la de Santa Marina. Pero nuestra historia terminará en Baiza, para regresar al punto de origen.
Caminarán los montañeros por la pista hasta un panel informativo, desde donde enfilarán a la dcha por senda indefinida hacia el filo. En una veintena de minutos se toparán con ella la primera meta, el sorprendente paraje de Portupekoleze, unas espectaculares formaciones que se alzan de una profunda dolina. Un arco impresionante, con su original puente da la bienvenida al caminante, en una estructura arquitectural de bóvedas, agujas, contrafuertes y bocas que cambian de forma según el ángulo de visión, formando un escenario de magia y fantasía Hay que recorrer este mágico lugar sin prisa, de arriba abajo y sobre el pontón, adentrándose también en el sumidero siguiendo un marcado sendero. Aunque sólo Portupekoleze merece el viaje, el deportista más ambicioso, recorrerá la afilada cuerda cimera en busca de dos nuevos objetivos, las cimas del sector.
Recorrido espectacular
Aquí el excursionista puede progresar cómodamente bien por el borde del farallón, o por una vereda paralela, pero siempre asomándose a los collados herbosos, balcones hacia el valle, la montaña y el inmenso bosque de Urbasa que es un hermoso y atractivo cuadro de montaña y naturaleza. La rocosa ruta hacia poniente es espectacular. Primero se superan los contrafuertes de las pluriformes cimas de Ollide, cinco fantásticas peñas desde donde ya se observa no lejana la cima de San Adrián coronada sobre un anticlinal con la ermita que da nombre a la cumbre. Tras las ruinas de una antigua explotación minera, aparece una estrecha brecha de considerables dimensiones, con vistas al valle y después tras un rodeo, el camino penetra en el bosque, y serpentea por el bien “cairnado” sendero para que nadie se desoriente. La ermita de San Adrián que venera al santo que protege el valle de las tormentas, aparece de repente. La cima es un balcón sobre el barranco de inolvidable recuerdo, pues el panorama es de enmarcar, destacando el perfil por hemos llegado.
Y como el deportista es incansable, la propuesta es llegar hasta la siguiente cota catalogada y puntuable. Es la cima de Baiza o Maiza, situada ya en plena sierra pero de características totalmente diferentes. Llegar hasta ella es un amable y atractivo recorrido, sobre terreno despejado y bosque. Siguiendo la cuerda cimera, primero se alcanza el amplio collado de Etxarri (el viejo puerto de Lizarraga, por la pista de Lizarraga que corre paralela al collado), para afrontar decididamente los pocos mts de desnivel hasta el punto más alto, despejado y herboso y otro excelente mirador hacia todos los rumbos.
Regreso por pista
Y toca regresar. Tras volver al Etxarriko portua, lo más recomendable es seguir la pista citada (Ollideko bidea) con el perfil de la sierra a la izda y el hayedo a la dcha que en una hora nos colocará en Lizarraga mendatea, con un atractivo reportaje fotográfico en nuestra cámara.