Iñaki Lekuona
Periodista
AZKEN PUNTUA

El Caso

Existe una estupefacción general por el progresivo avance de la ultraderecha en toda Europa y últimamente en España, donde hasta ahora se repetía ufanamente que no la había o que al menos no era representativa, cuando en realidad siempre estuvo ahí, enquistada en los grandes partidos, inveterada en la maquinaria judicial heredada de la dictadura y apostada en las fuerzas armadas civiles y militares que una vez le fueron fieles al Caudillo.

Y cómo no va a ganar terreno si tiene a su alcance todo el alimento necesario para avanzar, desde el nacionalismo mesetario difundido y defendido por la práctica totalidad de medios de comunicación, hasta el hastío político engordado por la corrupción, sin hablar de la ausencia de crítica deontológica en los mass media, donde las principales noticias son propias de aquel tristemente popular semanario de sucesos de posguerra. Sí, en Francia está Le Pen, y sí, la extrema derecha también se ha adentrado en la fontanería del sistema, pero existe una resistencia social, política y cultural que apenas se adivina allí donde se forjó el no pasarán, posiblemente porque la ahogan esos mismos medios que dan voz a las manadas de las camisas impolutas que berrean el a por ellos. Lo de ayer en Altsasu, donde no solo estaba representada Euskal Herria, fue quizá un comienzo. A ver qué dicen hoy sobre ello los discípulos de El Caso.