Iñaki ZARATIEGI
ROCK

Revisitando sonoridades

Ruper Ordorika ha solido llenar el Victoria Eugenia y el domingo dio el salto a un Kursaal mayor en formato medio para un hermoso recital, arropado al detalle por sus fieles Mugalaris. Cubriendo el espacio entre el desnudo “Bakarka” de 2018 y la grabación en directo que saldrá en otoño, ha remodelado su geografía creativa y abrió fiesta con “Herdoilarena”, de su debut “Hautsi da anphora”, con las guitarras steel remarcando melancolía, también en “Martin Larralde” y “Hemen nago”.

El rock decidido explotó con las reflexiones “Esan gabeko arrazoia” y la lírica de “Zerutik gertu”. El preciosista concierto arribó a un recodo entrañable con el recuerdo a Amaia Apaolaza y otros afectos a la sombra de Balerdi y Malloas con el vals «Hargiñenean» y el acogedor «Zure etxera noa», abriendo el capítulo más acústico.

Un delicado «Fas fatum» fue la segunda mención al «rupertorio» más clásico y la sesión recorrió vericuetos diversos: voces lejanas, geografías heladas, un día perfecto, más cantos a la amistad, las nostalgias y el hogar («manzanas, pan reciente, nueces y queso»). Recicló un alegre son de la época Hiru Truku y “Bizitza eder denean” fue el crescendo más redondo de la tarde, antes del recuerdo a “Egunkaria”. Laboa y Artze en la memoria (“Gure bazterrak”) y la delicadeza country “Egia da” rubricaron la veintena de composiciones y la continuada constatación de que el oñatiarra sigue redescubriendo sonoridades de su peculiar archivo creativo. Además de ayudar a arropar las vidas de los suyos: «baita egunik ilunenean ere berresten da eguzkia».