MARIAN MARTINEZ ROJO Y SILVIA TUTOR
LAB
GUTUNAK

La imagen de El Corte Inglés

50 años desde que El Corte Inglés abrió este centro en Bilbo. 50 años en los que miles de personas, trabajadoras y trabajadores, hemos vendido nuestra mano de obra al triángulo verde, generando su expansión y los beneficios que anualmente, sin falta, se ha repartido su Consejo de Administración.

50 años, también, de lucha sindical por la dignidad pisoteada, 50 años de respuesta a discriminaciones reiteradas, de resistencia, de propuestas para mejorar los derechos de todos y todas. 50 años de compromiso con las personas que compartimos este espacio, el mismo «kurro».

Nada que ver aquel 1969 con el 2019 actual, menos mal. Pero la realidad de las relaciones laborales mantiene encendidas las mismas alarmas que han saltado en todos estos años. Se han suavizado las formas para que todo continúe igual, o peor en algunos aspectos. La plantilla se ha reducido, ha perdido poder adquisitivo al tiempo que acumula tareas y responsabilidades. La actividad comercial se apaga y llegan otros a comerse el mercado y El Corte Inglés, inmerso en sus guerras intestinas, en ocasiones no reacciona adecuadamente y otras se duerme en los laureles. Demasiados años mirándose al ombligo han instaurado el estrabismo en la dirección. No saben dónde mirar.

Ahora es tiempo de celebración, 50 años, y el guion está escrito: amplio publirreportaje en “El Correo” destacando las virtudes de la empresa, su aportación a la villa de Bilbao, con «aportaciones» de fieles colaboradores, de figuras a las que se les otorga el éxito que no les corresponde y falso reconocimiento a las personas que trabajamos. Cortinas para ocultar la decadencia en la que estamos inmersos.

La guinda de esta celebración la pondrá esa fachada en la que quiere poner nuestras fotos. ¿Con qué pie de foto? ¿Qué nueva etiqueta nos pondrá?

Últimamente se recurre a la plantilla de forma sospechosa, claro es una publicidad gratuita y da una muy buena imagen, ¡joder qué bien se lleva «El Corte» con sus kurrelas, qué contentos y satisfechos aparecen en las fotos!

¿De verdad que estás satisfecho de tus condiciones de trabajo? ¿De cómo te trata la empresa a diario? ¿Crees que debes algo a la empresa? ¿Te crees obligado a ceder tu imagen? ¿A conceder tu crédito personal en beneficio de quien te niega tus derechos más elementales? No seas tonta ni tonto, no te dejes llevar por aires de celebración, «El Corte» nos utiliza, nos manipula y nos expone como colaboradores voluntarios de su actividad, cuando lo único cierto es que no somos más que herramientas, cosas que se utilizan para su objetivo, beneficio, beneficio y beneficio.

Es mentira, sus colores no son los tuyos. Ellos, especialistas en ti, te utilizan y manipulan. Cuando la actividad iba viento en popa nos negaban, ahora que el viento sopla en su contra nos buscan. Son una pandilla de mentirosos, de explotadores sin escrúpulos que hoy te reconocen mientras ayer y mañana nos negaban y nos negarán. Mándales por lo menos a freír espárragos, no cedas tu imagen a su favor, no les prestes tu cara, la misma que abofetean a diario.