Nadal sigue siendo el más grande sobre tierra batida
El tenista español levanta su duodécimo título en París tras ganar a Dominic Thiem por 3-6, 7-5, 1-6 y 1-6.
Rafa Nadal sumó ayer su décimosegundo título en Roland Garros después de imponerse en la final a Dominic Thiem por 3-6, 7-5, 1-6 y 1-6 tras un partido que duró tres horas y en el que el tenista austríaco solo pudo aguantar el ritmo del español en los dos primeros sets.
Efectivamente, el manacorí ha confirmado que se trata del mejor jugador de tenis de la historia sobre tierra batida y uno de los mejores en el general de las pistas con permiso del suizo Roger Federer, a quien eliminó en las semifinales.
Ayer, quince años después de su primera victoria en París, Nadal invertió tres horas y un minuto de intenso tenis para escribir una nueva página de su legendaria historia.
Con este triunfo, el español supera a la australiana Margaret Court, que había ganado once veces el Abierto de Australia entre 1960 y 1973, y se ha convertido en el tenista con más títulos de un mismo torneo del Grand Slam. Recién cumplidos los 33 años –han pasado siete días–, Nadal totaliza ahora 18 grandes majors, dos menos que el suizo Federer, quien marcha en cabeza del ránking, y tres más que el serbio Novak Djokovic, tercero en esta carrera.
«Es increíble, no puedo explicar mis sensaciones. Ya era un sueño jugar la primera vez aquí en 2005, no podía imaginarme que en 2019 volvería a estar aquí», afirmó desde la pista nada más concluir el partido. El balear ha sumado con esta, su duodécima Copa de los Mosqueteros, ante Thiem, el mismo rival del año pasado, el tenista que muchos describen como su heredero por lo bien que se mueve sobre la tierra batida.
Más guerra que en 2018
Si el año pasado el austríaco no logró arrancarle un set, en esta ocasión ha demostrado que ha dado un paso más para acercarse al gran dominador de la tierra y se ha apuntado una manga. Su tenis ha cobrado peso y solidez, como demostró en las semifinales al vencer a un Novaj Djokovic que luce el número 1 del mundo.
Pero Thiem aún está lejos de un Nadal que sobre la pista central de París cobra una dimensión casi épica. Su fuerza se mantiene imparable, controla todos los elementos del juego y, como demostró en semifinales contra Federer, es capaz de domar hasta a un vendaval.
Nadal ha dejado su huella en tres lustros de este torneo, donde solo ha perdido 2 veces y ha ganado 93 encuentros. Sobre el ocre parisiense, el español amargó a Federer, detuvo las embestidas de Djokovic y ayer frenó en seco la ambición de Thiem. Su reino no conoce rival.
También es cierto que Thiem afrontó el encuentro con más fatiga, obligado a jugar cuatro días seguidos por las inclemencias del tiempo que, en este caso, respetaron a Nadal. Aunque esto, por si solo, no explica su segunda gran derrota contra él.
Mladenovic y Babos, en dobles
Por su parte, la francesa Kristina Mladenovic y la húngara Timea Babos lograron el título de dobles al vencer en la final a las chinas Duan Ying-Ying y Saisai Zheng por 6-2 y 6-3.
Desde esta forma, Mladenovic, que además es pareja de Dominic Thiem con lo que al menos una alegría se han llevado para casa, confirmará hoy su posición de nueva número uno del mundo en dobles, sustituyendo a la checa Siniakova.
La francesa, que ya ganó en la edición de 2016 con su compatriota Garcia, ha fichado al técnico Sascha Bajin, que llevó a la japonesa Osaka a los triunfos en el Abierto de EEUU y Abierto de Australia, y al número uno.
Para la húngara, amiga desde la infancia de Mladenovic, es el segundo grande que logra, tras imponerse, precisamente con Kristina, en el título del Abierto de Australia en 2018.