Natxo MATXIN
BALONMANO

Un empate final que no puede dejar satisfechos ni a Anaitasuna ni a Bidasoa

Los anfitriones llevaron la iniciativa en el electrónico durante casi todo el choque, pero les dio miedo ganar, de lo que se beneficiaron los irundarras.

ANAITASUNA 28

BIDASOA 28


A buen seguro que ni Anaitasuna ni Bidasoa se quedaron satisfechos con las tablas que firmaron en La Catedral. La escuadra navarra porque protagonizó un encuentro como para ganarlo, pero al final le pudo el vértigo del triunfo. Y el conjunto irundarra porque partía como favorito, pero no pudo demostrarlo, y aunque rescató un punto al final, se deja otro en su lucha por estar en los puestos cabeceros.

Lo cierto es que el partido fue correoso, con un fuerte ritmo impuesto por los de Iñaki Aniz, sabedores de que esa era la manera de obtener algo positivo. Férrea defensa, buena circulación, mejor contraataque y conexión con el pivote –Ugarte firmó ocho goles– desarbolaron a un Bidasoa al que le mantenía el lanzamiento de Rodrigo Salinas.

Un parcial de 5-1 permitió a los anfitriones irse con ventaja al descanso y unas sensaciones inmejorables ante unos visitantes que intentaron hacerlo bastante mejor en el segundo periodo hasta ponerse a uno de diferencia, pero cuyos erro- res –también los cometió Anaitasuna tras el receso– le impidieron obrar la remontada. Los locales aguantaron ese tirón e incluso desaprovecharon varios ataques para situarse tres arriba, lo que les hubiera dado la victoria con seguridad.

Con esa tremenda igualdad se llegó a los segundos decisivos, donde se le pitó un pasivo a Anaitasuna, fue expulsado Krsmancic y Renaud transformó el siete metros que posibilitaría la igualada final, al no aprovechar los locales su último ataque.