Irati Jimenez
JOPUNTUA

Repetitivamente España

Hundida en el rizoma de sus catástrofes históricas, España vuelve a la repetición electoral como quien vuelve a la entrada del laberinto cuando iba buscando la salida. Era previsible. Como dijo Benito Pérez Galdós, España no ha logrado solucionar ninguno de los problemas que planteaba la llegada de la Modernidad. No tiene un modelo educativo de consenso entre la izquierda y la derecha; sigue gobernada por castas extractivas; no ha ofrecido solución al problema que surgió en Andalucía con las latifundizaciones; la Iglesia sigue siendo parte de la estructura del Estado; no hay separación de poderes y no se ha solucionado el problema territorial.

Esa es la clave: el Estado no solo se sostiene sobre el entramado político de la dictadura, es que nunca se descolonizó, se aferra a un sistema de dominación colonial que hunde sus raíces en las necesidades económicas de las oligarquías extractivas, que son y han sido siempre, las verdaderas enemigas de los pueblos, de todos los pueblos, del vasco, del catalán, del andaluz, del gallego y del español. La desgracia es que el Estado ha logrado inocular el trauma de la amputación en el sentimiento de pertenencia nacional, de manera que las demandas de soberanía de cualquier pueblo se interpretan emocionalmente, como si establecer una comunidad separada significara automáticamente un desprecio a la propia.

No es así. El derecho de autodeterminación conviene a todos los españoles, no solo porque obligaría a una transformación radical de la economía y la estructura del Estado, sino porque convertiría a los súbditos españoles en españoles por libre elección, de la misma manera que la Ley del Divorcio convirtió a las personas legalmente casadas en personas libremente casadas. Pero quizá lo más triste es que nadie lo haya entendido así y que no haya aparecido ni ahora ni en ningún momento de su historia una izquierda capaz de convencer a los españoles de que la mayoría de edad de un pueblo libre no empequeñece ninguna patria digna de tal nombre.