El centenario faro de Rubjerg Knude, situado al noroeste de Dinamarca, comenzó ayer a ser trasladado tierra adentro –unos 80 metros– en una compleja operación de ingeniería para evitar que sea devorado por el mar debido a la erosión. Construido en 1899, se encontraba ya a solo seis metros del borde de una pendiente sobre el mar del Norte. Sus 700 toneladas de peso están siendo desplazadas a través de unos rieles colocados a los pies de la turística construcción.

Fotografía: Henning BAGGER | AFP