El Congreso asistió ayer a una imagen, si no histórica, sí inédita, pues situaba en el mismo plano a sendas delegaciones de EH Bildu y del PSOE, que se reunieron por primera vez de forma pública en el contexto de la búsqueda de apoyos a la investidura de Pedro Sánchez. Un encuentro que, según expuso la coalición independentista, se celebró en un «clima cordial, constructivo, respetuoso y sincero» y que constituye a su juicio «un paso en la buena dirección, que no hace otra cosa que restablecer la lógica democrática y el sentido común».

La cita, más allá del evidente peso político de la fotografía, sirvió además para que los representantes de EH Bildu trasladaran a sus interlocutores la «agenda social vasca», con tres puntos destacados: Paz y convivencia; reversión de los recortes sociales y los ataques a las libertades democráticas; y plurinacionalidad y crisis territorial.

Así, la delegación formada por Mertxe Aizpurua, Oskar Matute y Gorka Elejabarrieta expuso que «es necesaria una revisión de la política penitenciaria que devuelva ésta al estricto cauce de la legalidad y la aleje definitivamente del carácter excepcional con la que es aplicada en la actualidad». Asimismo, para EH Bildu «es hora de poner en marcha medidas que reviertan los gravísimos recortes que está padeciendo el conjunto de los pueblos y los trabajadores del Estado». Y, respecto al tercer apartado del documento, considera «imprescindible» iniciar «un debate en profundidad sobre el actual modelo territorial construido durante la llamada transición democrática española». En este sentido, el grupo soberanista considera que «la solución a esta grave crisis territorial pasa por el reconocimiento del carácter plurinacional del Estado y del respeto al derecho a decidir libre y democráticamente su futuro que corresponde a los pueblos y naciones sin Estado».

PSOE: «actitud constructiva»

Por parte del PSOE, acudieron al encuentro su portavoz en el Congreso, Adriana Lastra, y el secretario general adjunto del Grupo Parlamentario, Rafael Simancas, que fue el encargado de hacer una valoración. En declaraciones a Europa Press, dijo que «nos hemos encontrado en general con una actitud constructiva, con ánimo de no obstaculizar la formación de gobierno» por parte de la coalición.

Además de con EH Bildu, Lastra y Simancas mantuvieron durante todo el día encuentros con otros grupos y formaciones representadas en el Congreso, como ERC, JxCat, CUP, Más País y Compromís, siempre con el ánimo de atar los votos necesarios para la investidura de Sánchez, algo de lo que desde el PSOE se mostraron convencidos de que ocurrirá, aunque no quisieron ponerle plazo. «La fecha es importante pero no es lo más importante», indicó Simancas.

Sánchez acepta reunirse con Torra pero después de la investidura

Pedro Sánchez y Quim Torra mantuvieron ayer una conversación en el marco de la ronda con presidentes autonómicos que el jefe de Gobierno español en funciones está realizando de cara a volver a ser investido. En los quince minutos que duró la charla, el president catalán le pidió una reunión, y su homólogo español se mostró dispuesto a ello «lo antes posible», pero puntualizó que se celebraría cuando haya Gobierno y arranque la legislatura, según informaron fuentes de la Generalitat, que añadieron que Sánchez volvió a «reconocer la naturaleza política del conflicto» catalán y habría afirmado que es necesario avanzar.

Por su parte, Torra defendió que la solución al conflicto pasa por «el ejercicio del derecho de autodeterminación y el fin de la represión así como la libertad de los presos políticos» y se quejó de que Sánchez no haya atendido a sus llamadas en las últimas semanas, reprochándole su «falta de cortesía institucional», aunque la conversación entre ambos mandatarios, según esas mismas fuentes, se habría desarrollado «con cordialidad».

Por su parte, fuentes de La Moncloa dijeron que «la voluntad de Pedro Sánchez es encontrar una respuesta a esta crisis política». En este sentido, el presidente español explicó a Quim Torra que su deseo, si resulta investido, es dar paso a una legislatura en la que intentará «reducir la tensión territorial, reanudar el diálogo» y «encarar políticamente» la situación en Catalunya.GARA