Amparo Lasheras
Periodista
AZKEN PUNTUA

Urte Berri On, siempre

Se va el 2019 y parece que fue ayer cuando le dimos la bienvenida con un brindis, repleto de utopías sociales que necesitan mucho más que buenos deseos. Yo voy a despedir el año sin brindar demasiado, pero ilusionada con ese despertar de clase que parecen tener las movilizaciones del Estado francés en contra de la reforma de las pensiones. Esta lucha ha logrado unir a sindicatos y otros sectores de la sociedad francesa, entre ellos, a los obreros de las empresas eléctricas y de gas más importantes del país galo. Además de secundar los días de huelga general, estos trabajadores decidieron «reconectar el servicio a las familias pobres y bajar el precio de las tarifas a los sectores populares, mientras reducen la alimentación eléctrica a las zonas más ricas, centros comerciales, comisarías de policía y grandes empresas». Como dijo un activista sindical «tomamos los kilovatios de los más ricos y se los devolvemos a los más pobres». Una decisión que está provocando la ira del capital energético al mismo tiempo que despierta la simpatía y el apoyo de las clases más atacadas por el neoliberalismo de Macron. Lejos de la leyenda de Robin Hood, aquel héroe que robaba a los ricos para ayudar a los pobres, acciones como esta reconfortan la idea de que con el nuevo año, puede que también esté llegando un nuevo tiempo. Urte Berri On, siempre.